Cine Independiente, Argentino y Narrativo

Los chicos desaparecen

Hay un cine independiente argentino distinto, con un gran placer por la narración. Ésa es la propuesta que el platense Marcos Rodríguez nos trae con su ópera prima, en la que el tiempo se plantea como eje del relato.

Los chicos desaparecen
miércoles 02 de septiembre de 2009
Macias Möll (Norman Briski) es un anciano un poco loco, que pasa sus días en la plaza tratando de bajar tiempos al lanzarse por rampas con su silla de ruedas. Cuando los niños que juegan en la plaza comienzan a desaparecer, todas las sospechas recaen sobre él.Los relojes inundan la pantalla en los créditos iniciales del film, y es porque la temporalidad de la trama entra en clara relación con el misterio a resolver. Las pistas que sigue el detective -interpretado por Lorenzo Quinteros- provocan saltos temporales (flashbacks y flashforwards en la jerga cinematográfica) que irán desenvolviendo el misterio de la desaparición de los niños.Y el tiempo, a su vez, se relaciona con la velocidad circular que adquieren las ruedas de la silla y la calesita de la plaza. La velocidad ha provocado cambios en el tiempo... y en los niños.Los chicos desaparecen maneja la estructura del género policial con toques de realismo mágico. Un misterio, una investigación y muchas pistas a resolver. Un género narrativo por excelencia, difícil de ver en las salas comerciales en Argentina, sobre todo al tratarse de cine independiente.Cuando se habla de cine independiente se suele pensar en relatos minimalistas, con conflictos internos, viajes al interior, etc. Ninguna de estas características tiene la película de Marcos Rodríguez, donde el deseo (otro de los temas de la película) por contar una buena historia prepondera en cada fotograma del film.
6.0
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