Star+

Crítica de "Bastardos sin Gloria": Cómo Entretenerse Matando Nazis

La nueva película de Quentin Tarantino es –como sus anteriores films- un homenaje al cine de género, en este caso el bélico. Pero es algo más. Tal vez sin que su director se lo haya propuesto explícitamente, Bastardos sin Gloria es una reflexión sobre el mal y la locura alrededor del poder.

Crítica de "Bastardos sin Gloria": Cómo Entretenerse Matando Nazis
sábado 09 de marzo de 2024

Corre el año 1941 en Francia, ocupada por los nazis, y el clima es sombrío. El contexto de la guerra, ampliamente retratado en el cine, incluyendo el género del noir y el cine de espías, nos resulta familiar. Con los primeros acordes de Ennio Morricone y la primera secuencia implacable, Quentin Tarantino nos introduce en un escenario marcado por la violencia y la locura, pero visto desde su peculiar perspectiva. Este no es solo un filme de guerra, sino una visión única a través de los ojos de Tarantino, con guiños al spaghetti western y una posible venganza en mente.

Los Bastardos sin gloria son un pequeño grupo de judíos que, al igual que sus enemigos nazis, ejercen una violencia brutal. Son pocos, pero letales, tanto que incluso el Führer está preocupado por sus acciones. Tarantino utiliza recursos narrativos familiares, como frases que los caracterizan y descripciones de sus "prontuarios", para darle agilidad al relato. Los personajes conforman un conjunto cohesivo pero también tienen rasgos distintivos que resaltan la comicidad presente en toda la película. Destaca "El Apache", interpretado por Brad Pitt, el líder de esta fuerza que exige el cuero cabelludo de cada nazi asesinado.

Cuando se anuncia la avant premiere de una película propagandística basada en la masacre perpetrada por un soldado nazi, surge una oportunidad única para acabar con Hitler y su cúpula. Esta trama se entrelaza con el plan de venganza de una joven sobreviviente. Aunque la película presenta los extensos diálogos característicos de Tarantino, mantiene un ritmo sólido a lo largo de sus dos horas y media de duración. El elenco realiza interpretaciones impecables, destacándose la composición de Christoph Waltz como un astuto coronel nazi, por la cual fue premiado en Cannes.

Al igual que El libro negro de Paul Verhoeven, Bastardos sin gloria no evade la cruda realidad histórica, pero tampoco se desliga de la idea de entretenimiento. Por el contrario, cuestiona la relación entre pasado y memoria, haciendo que los héroes de la película sean empáticos para el espectador, especialmente cuando actúan con brutalidad, un tema recurrente en la filmografía de Tarantino. Las citas y homenajes a otras películas continúan presentes, pero aquí adquieren un nuevo valor, especialmente hacia el final, donde el cine se convierte en un espacio de venganza y construcción histórica, donde las subjetividades entran en conflicto.

8.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS