El Sueño de Cassandra

Ian (Ewan McGregor) y Terry (Colin Farrell) son dos hermanos de clase obrera de Londres, uno es mecánico (aparte de ser jugador compulsivo) y el otro trabaja en el restaurante de su padre. Ambos tienen ambiciones y las concretan juntos amparados por un tío rico (Tom Wilkinson) que un buen día, les pide que asesinen a un hombre que va a testificar en su contra.El hermano que comanda el hecho es Ian, quien dice “es un trabajo” al referirse al asesinato; es el mas frío y calculador de los dos y también mas cercano en carácter al protagonista de Match Point. Terry es el sensible y quien no puede soportar la culpa por lo hecho.En la primer escena del film, vemos a ambos hermanos atravesar un alambrado para comprar un bote (que le da nombre a la película, el bote se llama Cassandra’s Dream), es el primer emprendimiento juntos y por el que tendrán que endeudarse. El bote simboliza también la ambición de los hermanos, sus sueños; mientras que el alambrado que cruzan es el límite ético del que no tendrán retorno.El Sueño de Cassandra (así como Match Point) nos ubica como testigos de lo narrado, a cierta distancia, sin identificarnos con ningún personaje, para ser cómplices de la frialdad con la que deambulan. Esta distancia, si bien nos aleja de la trama, nos pone a nosotros espectadores en la misma situación que el personaje de Ewan McGregor, sin ser del todo concientes de la gravedad de aquello que presenciamos.Dicen que no por repetir ciertos temas se desgastan (el mismo Woody Allen hizo ciento de películas sobre el psicoanálisis una mejor que otra); incluso algunos críticos hablan de la capacidad del director de reinventarse como autor. Aquello que se insinuaba en Match Point queda sintetizado en esta película con una sutileza desgarradora, dejando de lado por completo la visión esperanzadora de otros films, para internarse en el lado oscuro del ser humano.