The Reader (El lector)

Michael (David Kross) es un joven de 16 años que vive en la Alemania Occidental de post guerra. En sus viajes al colegio en tranvía conoce a “la boletera” mujer que corta los boletos a los pasajeros (que interpreta Kate Winslet, "el chancho" mas bello de la historia del cine). Esta mujer de pocas palabras vivirá un romance apasionado con el joven e inexperto Michael. Pero ella no sabe leer y él le devuelve su amor leyéndole cuentos. Un buen día ella desaparece y Michael debe continuar con su vida sin poder reestablecer su capacidad de amar. Con el tiempo se entera que esta mujer escondía una participación con los Nazis por lo que será juzgada. El placer de recibir historias que nos evadan de nuestra realidad es el tema del film. Michael lee cuentos a su amada, con ellos la evade de su pasado, y la transporta a otro universo, el de las historias. Ella soportará su existencia insignificante gracias a los relatos del joven Michael dándole un valor descomunal a esas historias. Kate Winslet (ganadora del Oscar por este papel) interpreta a Hanna, una mujer de poca educación, que se conecta sensorialmente con el mundo, y es por ello que las historias la afectan emocionalmente. De ahí su poder. La película no es ajena a éste discurso. Relatada con un flashbacks en el cual Michael adulto (Ralph Fiennes) recuerda su pasado. El film tiene una estructura clásica, como si el valor de las historias estuviera articulado no con la forma del relato sino con el poder de transmisión de la leyenda mediante la narración canónica. Es éste poder el que transmite el film al espectador; conectándonos y abstrayéndonos mediante sutiles gestos visuales a la pasión del amor y la historia misma en su afán por ser transmitida. Y esta aclaración viene en pos de los innumerables relatos de reconstrucción histórica en época nazi que vemos a menudo en la cartelera. Muchos de ellos pecan de la falta de calidez a la hora de transmitir sensorialmente la historia y sus personajes. Todo lo contrario sucede aquí con The Reader (El lector), en la cual la sensibilidad y pasión (cercana al cine italiano) logra sumergirnos en la película al hacernos vivenciar las experiencias de los protagonistas como si fueran propias. En este aspecto la película de Stephen Daldry (Billy Elliot, Las Horas) se instala entre los mejores filmes del año incapaces de ser olvidados, articulando mensaje y relato; rescatando el poder de la estructura clásica en el cine –un poco olvidado en estos tiempos- y el valor de una buena historia.