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Crítica de "Leonera", sobre madres e hijos

Si algo hay que reconocerle a Pablo Trapero, es la coherencia narrativa y estética de su obra, desde "Mundo grúa" hasta su mas reciente producción, "Leonera" (2009), el lenguaje visual utilizado, si bien ha evolucionado, sigue los cánones que desde un principio caracterizó a uno de los realizadores noveles del Nuevo Cine Argentino (NCA).

sábado 29 de julio de 2023

Leonera toma como eje de la historia el pabellón de embarazadas o madres con hijos de hasta cuatro años de una cárcel de mujeres, utilizando como nexo conductor la historia de Julia Zarate (Martina Gusmán), acusada de haber asesinado a su novio en un hecho impreciso, donde también se encuentra implicado el amante de él (Rodrigo Santoro), convirtiendo la relación en una ambigüedad no resuelta en la trama, pero sin modificar la estructura narrativa de la misma, ya que esto no es lo importante. Es utilizado como un recurso literario para narrar una historia más profunda: cómo es la vida de estas madres y sus hijos dentro de la cárcel.

Trapero utiliza constantemente la cámara (a través de su director de fotografía fetiche Guillermo Nieto) para espiar lo que sucede dentro de un espacio cerrado, pero sin crear la claustrofobia redundante que ejerce una cárcel. Como si fuera un voyeur, va siguiendo a cada uno de los personajes (muchos de ellos reales), remitiendo casi constantemente al neorrealismo italiano, pero con una agilidad narrativa pocas veces vista en el cine nacional.

La construcción de los personajes es de un perfeccionamiento casi permanente en el transcurso del film. Cada uno va progresando de una manera notable dentro de la opresión sometida (si comparamos el principio con el final, diríamos que los actores han sido cambiados). Además de un cambio estético, hay un cambio orgánico dentro de ellos. La utilización de elipsis temporales es otro de los méritos de Leonera. En casi 110 minutos de duración transcurren cuatro años en la vida de Julia; para ello, el director se sirve de fundidos a negro o cambios en lo visual de los personajes (embarazos, color del pelo, crecimiento de los niños, etc.), evitando desorientar al espectador acerca del empleo del tiempo.

Sin duda, Trapero, al igual que Burman y Caetano, cada día se alejan más del llamado NCA, pero sin perder el estilo y la coherencia que ya son marca personal dentro de una filmografía selecta. "Leonera", sin duda, es una de las grandes películas del 2008, ojalá el público la acompañe.

8.0
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