2021-11-30

En Salas - 8 Puntos

Crítica de "Inmortal 不朽", el universo paralelo de Fernando Spiner

Ambas películas hablan de mundos paralelos (uno apocalíptico y el otro idílico) diferenciados por el tratamiento de la imagen. El viaje en el tiempo y la explicación científica insuficiente para fundamentar carencias humanas, son el vínculo entre los universos desarrollados en los films.

En Inmortal (2020) Ana Lauzer (Belen Blanco) es una fotógrafa que regresa a Buenos Aires por trámites inmobiliarios cuando cree ver en la calle a su padre (Patricio Contreras) fallecido recientemente. El misterio la lleva a encontrarse con el científico y ex socio de su padre (Daniel Fanego), quien crease un mundo alternativo llamado Leteo donde los muertos pueden vivir y reencontrarse con sus seres queridos.

Fernando Spiner acude a las posibilidades futuristas que le presenta la propia Ciudad de Buenos Aires: edificios históricos en contraste con rascacielos modernos, autopistas interurbanas con la indigencia que habita en las calles. El tratamiento que ofrecen los efectos digitales le dan la textura fantástica a la película, un recurso utilizado en La sonámbula (1998) mediante la materialidad del fílmico (textura del 16 y 35 milímetros).

Inmortal articula el melodrama centrado en las relaciones filiales con la ciencia ficción y su explicación científica para paliar el dolor de los personajes. Recurso que nos remite a la reciente serie alemana Dark, como horizonte de referencias.

Pero resulta interesante relacionar con el cine nacional (Moebius por ejemplo) o el propio universo del director, que profundiza sus inquietudes expresadas en su primera película, ahora con las posibilidades que la tecnología permite.

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