2018-04-22

Los días sin Franco

El entusiasmo

La CNT, la central obrera anarquista, después de la muerte de Franco quería volver a construirse ya que el tiempo había cambiado. Sin embargo la alentadora acción trajo un variopinto de grupos “más rojos o más negros” que decían ser los portavoces de esta nueva construcción. Eran demasiadas voces y banderas. Todos en pos de ser la voz de aquella nueva CNT. Si bien todo era caos y no parecía salir a flote, aun persistía el ideal de comenzar de nuevo. Lo anecdótico es como quedó todo ese intento. Sus protagonistas siguen hoy recordando los momentos del pasado, cuando pensaron que todo era diferente, que la época clandestina durante la dictadura había terminado y no obstante, algunas cuestiones siguieron presionando para ese nuevo futuro de progreso para el trabajador.De todas formas es un filme político. Aunque se aleja de cierta solemnidad y procedimiento denso, no deja de ser un uso de la memoria sobre el pensamiento político en la sociedad de los años postfranquistas. Ante eso su ritmo es atractivo. Deja que los protagonistas cuenten todo de manera ágil. Y con ello el aire de revolución y la idea de cambio se perciben de manera idónea. Colaboran a que la película funcione. Su ola de ritmo sincopado, colorido y renovado sin caer en grandes discursos ni revisionistas, ni forzadas miradas históricas ni caminos sobrecargadas, son un gran atino para evitar la digresión y aburrimiento. Un tema histórico, extranjero y sobre todo de contenido partidista siempre será difícil. Sobre todo para alcanzar la perfección y lograr salir airoso; sin embargo, El entusiasmo consigue con su ritmo peculiar y aquella pluralidad de voces un resultado atrayente, pues se nutre de su propia raíz de estructura política para tocar todo tipo de temas. Consigue su forma de mosaico trayendo en sus imágenes todos aquellos años de aires de revolución y lograr que nada decaiga del todo y así ser una interesante propuesta documental
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