Crítica de “Guerra civil”: la epopeya bélica de Alex Garland

Guerra civil (Civil War, 2024) es la mejor película de Alex Garland (Aniquilación, Men). El autor presenta una división en los Estados Unidos, con un presidente autoritario y dos bandos marcados: uno que acata lo que el líder indica y, el otro, el revolucionario. Dentro de este último grupo se encuentra un conjunto de periodistas y fotógrafos que tienen como objetivo comunicar lo que está pasando. Lo nuevo del guionista de Nunca me abandones (Never let me go, 2010) es una de las obras más sorprendentes de lo que va del año. Original, provocadora, desafiante y controversial, se aleja de todo lo que el realizador ha hecho hasta el momento.

Garland vuelve a explorar la ciencia ficción, pero en este caso a través de la distopía. El británico se centra en la violenta realidad a nivel mundial examinando un lugar en donde la sensibilidad queda huérfana. Con imágenes impactantes, este registro simula la realidad de los reporteros de guerra e, incluso, se potencia con los típicos elementos de un documental bélico.

Volviendo a la filmografía del director, con Ex Machina el miedo estaba en la creación y la inteligencia artificial. Con Aniquilación (Annihilation, 2018), el terror venía desde afuera de este mundo. Devs (2020), su miniserie, recorría temas como la programación y el avance de la tecnología. Exterminio (28 days later, 2002), película que escribió, tocó la extinción de la humanidad. Ahora, con Guerra civil, el horror es el ser humano y eso, aunque podría ser sencillo de explicar, no es ni por asomo lo que podemos imaginar. Para añadirle otra capa a esta epopeya, su premisa de thriller político la convierte en un relato tenso y potencialmente premonitorio. La violencia que se expone en la pantalla nos dejará sin aliento. El virtuoso tecnicismo de Garland se combina con un guion preciso. Las capturas fotográficas que se desprenden mientras transcurre el metraje emulan el riesgo que vive un corresponsal de guerra. En tiempos difíciles, la necesidad de un periodismo objetivo, independiente, se expresa como un grito desgarrador que pregona esperanza.

Como otro aspecto a destacar de su guion, definir al largometraje como una road movie en tiempos beligerantes podría acercarse a una descripción acertada. Sin embargo, no le hace justicia. Garland combina la dinámica de este género al centrarse en el traslado en automóvil de unos periodistas (los protagonistas) que atraviesan los Estados Unidos para llegar a Washington, ciudad en donde se encuentra el presidente, interpretado por Nick Offerman (The Last of Us). Este viaje, capaz de dejarnos los registros más terroríficos y viscerales, permite explorar las condiciones más miserables de la humanidad. Esto es lo que potencia que el reparto se luzca. Kirsten Dunst (El poder del perro, Melancolía) brinda una interpretación sublime y digna de premios. Wagner Moura (Narcos, Tropa de Elite) y Cailee Spaeny (Priscilla) acompañan efectivamente. De todas maneras, la escena más espeluznante, la cual quedará impregnada en nuestra memoria (y no de una manera confortable), se encuentra a cargo de Jesse Plemons (Los asesinos de la luna). Su personaje, un villano sin escrúpulos, está conformado de una manera formidable.

Guerra civil es una película que plasma situaciones límites en un mundo que parece no entender de ellos. Este relato sobre la desunificación de los Estados Unidos es hipnótico, perturbador y emocionante. Garland no nos da respiro y ejecuta una de las películas más ambiciosas del año, una historia que no podremos serle indiferente.

En el 2014, con Ex Machina, el director nos hizo reflexionar sobre la amenaza tecnológica. En esos momentos, el miedo parecía lejano: estábamos refugiados, sentíamos que eso no iba a suceder. Años después, la película tomó otra relevancia al encontrarnos con noticias reales acerca de la rebelión de las máquinas. Una década luego, y en tiempos en donde todo se precipita, Garland demuestra otra vez su poder anticipatorio, su capacidad de análisis de la actualidad y su ingeniosa pluma. Guerra civil nos interpela sobre la implosión social y nos propone un estado de alerta en donde el periodismo es el medio para conocer la verdad.