El peor día de mi vida

Hace mucho tiempo que Julio Cabrera está “fuera de escena”. Quedó muy atrás en el tiempo aquella telenovela en la que participó y que le dio cierta fama. Pero su presente lo muestra desempleado, con cuentas que no puede pagar, y con una esposa que está cada vez más cerca de ser… ex esposa. Y, en el día de su cumpleaños, recibe una amarga noticia: debe ir a buscar las cenizas de su hermano, quien falleció hace varios años, para que no sean depositadas en una fosa común. El destino de esas cenizas es incierto.Javier Lombardo le pone el cuerpo a ese pobre hombre. Y lo hace con corrección. Y todo en la película sigue esa senda. Se podría decir que los primeros cinco minutos revelan el tono del film, el tipo de gags que nos esperan, su ideología y su estética. Una estética televisiva con algunas ideas que funcionan bien, con algunos momentos verdaderamente cómicos (el diálogo con dos mujeres en la oficina del cementerio, por citar un ejemplo).El peor día de mi vida es una apuesta sencilla en todos sus sentidos. Hay un absoluto protagonismo de Lombardo (buena elección de casting) y una serie de personajes que rozan lo caricaturezco. Hay algunos momentos (mal) subrayados con música, hay una pequeña incursión en el fantástico que se amolda bien a la trama, y hay –previsiblemente- un final que nos demuestra que hasta último momento todo puede cambiar. Incluso el destino.