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Crítica de "UPA 2 El Regreso", por más secuelas así

Hace ocho años, el trío autoral compuesto por Santiago Giralt, Tamae Garateguy y Camila Toker presentaron un diagnóstico de época con 'Upa! Una película argentina' (2007), mostrando de manera paródica los vicios del denominado Nuevo Nuevo Cine Argentino. Hoy vuelven recargados, con una interesante vuelta de tuerca sobre el universo del cine nacional independiente, ahora seudo industrializado.

Crítica de "UPA 2 El Regreso", por más secuelas así
lunes 20 de abril de 2015

Dicen que las secuelas nunca fueron buenas, y en Argentina menos. No hay una tradición de ellas y cuesta encontrar la manera de contar lo mismo otra vez sin perder novedad y, sobre todo en este caso, gracia. Pero UPA 2 El Regreso es un interesante ejemplo de cómo reinventarse y salir al ruedo nuevamente. Claro que los vicios del cine independiente nacional no sólo no desaparecieron, sino que se acrecentaron en algunos casos. He aquí la muestra de ello.

Estamos en la entrega de premios del BAFICI, y los mismos personajes que intentaron hacer una película independiente en 2007 (no terminada por conflictos de egos, excentricidades y ambiciones desmedidas), hoy son realizadores consagrados individualmente (en el micro mundo festivalero claro) y en la fiesta de cierre de dicho evento, con falsos elogios mediante, deciden culminar el proyecto en común. Aparecen inversores extranjeros, y la película adquiere otras dimensiones más “genéricas” definiéndose como una mezcla entre Gritos y susurros (Viskningar och rop, 1972) y Terminator (1984) pero con vampiros.

Los convocados para esta secuela además del trío que escribe, dirige y actúa, son Nancy Dupláa, componiendo una diva insoportable, y Martín Slipak, que interpreta un actor estrella que entrega los mejores momentos de la película. Además están Marcelo Panozzo, director actual del BAFICI y Diego Lerer como uno de los jurados. En fin, no se salva nadie de esta parodia auto conciente, todos se prestan para hacer de sí mismos y reírse de los lugares comunes transitados.

Filmada con cámara en mano al mejor estilo “detrás de escena”, UPA 2 El Regreso divide la acción por montaje paralelo para narrar de forma fragmentada la psiquis de cada personaje. El ambiente descabellado de rodaje, problemas de ego que se reiteran, y las insólitas excentricidades de cada uno, generan algunos lapsos tan geniales como desopilantes para así englobar un nuevo y divertido diagnóstico de época.

7.0
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