Max

Críticas de "Godzilla": Necesitaremos bombas más grandes

Qué similar que ha sido el trayecto de las franquicias taquilleras de los ‘60s, explotadas y re contra explotadas a lo largo de tantos años que han alternado varios ciclos de seriedad y parodia, drama y comedia. Pasó con James Bond, pasó con Batman y pasó con Godzilla. Éste último ejemplo puede ser confuso si no se han seguido de cerca las payasadas del monstruo favorito de Japón, donde se le rinde tributo bastante seguido.

Críticas de "Godzilla": Necesitaremos bombas más grandes

Occidente ha incursionado en el universo de Godzilla con producciones limitadas, comenzando con la película de 1998 y luego retomándola en 2014 con otra entrega simplemente titulada Godzilla. Si alguien pensaba que la primera película tomaba al monstruo en serio, quedará impresionado con esta última entrega, donde una coalición internacional de fuerzas científicas y militares se une para rastrear y enfrentar una fuerza natural monstruosa en distintas partes del mundo. Es como una versión de Contagio (2012), pero con saurópodos radioactivos.

La trama humana se centra en la familia Brody, posiblemente un homenaje a Tiburón (1975). El patriarca Joe Brody (interpretado por Bryan Cranston) es un ingeniero civil que vive en Japón y está obsesionado con los patrones sísmicos que sugieren la existencia de un monstruo subterráneo. A pesar de sus advertencias, su planta nuclear sufre un desastre catastrófico. Años después, su hijo Ford (Aaron Taylor-Johnson) viaja a Tokio para encontrarlo, y ambos se ven envueltos en la obsesiva búsqueda del monstruo. Sin embargo, pasarán un buen tiempo antes de que Godzilla haga su aparición, lo que puede resultar decepcionante para algunos espectadores.

La película no solo presenta a Godzilla, sino que nos presenta a tres monstruos en total, y la sorpresa es que Godzilla está del lado de la humanidad, o más precisamente, del "balance de la naturaleza", según lo describe el experto en monstruos, Serizawa (interpretado por Ken Watanabe). Sin embargo, las fuerzas militares quieren aniquilar a todos los monstruos con bombas nucleares, a pesar de que se ha demostrado que se alimentan de energía nuclear. Esta discrepancia genera un conflicto central en la trama.

Aunque la trama puede resultar ridícula en algunos aspectos (aunque ligeramente más verosímil que la primera película), la película se puede juzgar por dos aspectos principales: el espectáculo de la destrucción y el desarrollo de los personajes. La película ofrece una cantidad abundante de destrucción espectacular, pero en cuanto a los personajes, hay una falta de profundidad y carisma. Los actores como Watanabe y David Strathairn encarnan las fuerzas opuestas de la ciencia y la militarización sin aportar mucha personalidad. El protagonista, Ford, interpretado por Taylor-Johnson, carece del carisma que mostró en películas anteriores, adoptando una expresión de enojo y confusión que persiste durante toda la película. En cuanto a los personajes secundarios, como la esposa que trabaja en el hospital, carecen de desarrollo significativo.

Godzilla no representa un avance significativo en el género, pero tampoco es un retroceso. Se queda en el estándar de producción de remakes que Hollywood ha adoptado en esta era, junto con otros esfuerzos poco inspirados como RoboCop (2014). Ofrece entretenimiento con profesionalismo, pero carece de entusiasmo y buenas ideas.

5.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS