2020-09-12

CINEAR Play - 7 Puntos

Crítica de "Papelito", de Sebastián Giovenale

En la ciudad de Junín, provincia de Buenos Aires, más precisamente en la esquina de Aparicio y Vázquez Diez, es donde tiene su origen el circo de Papelito que Brighenti, con su alma de artista, levantó cociendo él mismo 105 metros de bolsas de arpillera y donde el público debía llevarse sus propias sillas. Así durante treinta y cinco años el circo, austero, sin mucho confort y precios accesibles, recorrió los pueblos de la zona con sus artistas populares y la misión de divertir a sus habitantes. Con el tiempo el espectáculo circense de Papelito logró un nivel de adhesión que agotaba entradas y se volvía una cita ineludible para los pueblerinos que visitaba cada dos años.

Sin registro fílmico de archivo que muestre lo que hoy podría considerarse una proeza artística, Giovenale realiza una road movie documental  biográfica focalizada en testimonios de aquellos que participaron del circo (en su mayoría su familia) para reconstruir un arco cronológico que comienza en 1975 y concluye en 2010, cuando según las propias palabras de Papelito, los cambios en la legislación y el cansancio, hicieron que la aventura llegará a su fin y cada uno de los que integraban la compañía tomara su propio camino. 

En una segunda parte, Papelito (2020) muestra como es el día a día de Brighenti, y sus hijos lejos del circo, mientras recuerda anécdotas del pasado y se enfrenta a un presente que no puede desprenderse de sus raíces. Melancólica, pero sin golpes bajos, esta producción independiente, no solo recupera una figura popular (desconocida para muchos), sino que lo hace con nobleza, evitando la observación desde un regodeo miserabilista, y con una lógica narrativa y visual que se emparenta a la que Papelito le imprimía a su circo.

Te puede interesar