2020-02-24
Sin lógica
Su último deseo
La trama de Su último deseo gira alrededor de una periodista, Elena
McMahon, (Anne Hathaway) que se ve involucrada en el tráfico de armas
para realizar un encargo de su padre (Willem Dafoe), cuyo último
deseo, ese del que hace referencia el título, es que Elena le ayude a
cerrar su último acuerdo de contrabando de armas. Las fuertes
convicciones de Elena comienzan a desplomarse hasta que se acerca a un
complejo diplomático (Ben Affleck).Mezcla de thriller político y
drama familiar, la introducción de la historia es prácticamente en off.
Se nos presenta a Elena como una periodista encargada de cubrir los
conflictos de la convulsa Centroamérica de los años 80. Un huracán de
nombres, lugares, organizaciones y fechas bombardean la pantalla sin
ningún tipo de respiro y lógica. Lo que en el libro fluía entre pasado y
presente aquí se torna más lineal y, de algún modo, también más
confuso. Todo es más prosaico. Los desvíos y licencias que se tomaron
Dee Rees y su coguionista Marco Villalobos con respecto a la
novela original resultan innecesarios. La acción de
Su último deseo se desarrolla entre Nicaragua y Costa Rica. Hacia allí
se dirige Elena acompañando un envío de armas. Y a partir de ese momento
la trama no para de dar saltos. En líneas generales los EE.UU envían
armas a una guerrilla contrarrevolucionaria para derrocar al gobierno
sandinista de Nicaragua; Elena se mete en el tráfico de armas para
ayudar a su padre; finalmente Elena con su característico entusiasmo de
periodista trata de sacar una historia que promete ser escandalosa. A
partir de ahí todo es aleatorio.Con un entramado narrativo que
parece haberse olvidado del sentido de la unidad, Su último deseo
fracasa como thriller político, como evocación histórica y fábula moral.
Y por ende como obra cinematográfica en general.
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