2018-12-31

Miradas de reojo

A oscuras

A oscuras (2018) una película coral de la directora Victoria Chaya Miranda, relata la historia de Lola (Esther Goris), una actriz cuya carrera se encuentra en decadencia, y, a partir de un momento muy duro en su vida, se convierte en alcohólica y dependiente de psicofármacos; Ana (Guadalupe Docampo), una joven del interior que vino a la ciudad con el sueño de ser bailarina y termina prostituida y explotada por su novio Victor (Alberto Ajaka); y Lucio (Francisco Bass), un relacionista público adicto a la cocaína, quien vive con su perro. El nexo entre los tres personajes es el taxista Mario o Marito (Arturo Bonín); además, los tres personajes, duermen de día y son adictos a alguna sustancia. Victoria Chaya Miranda ejecuta una buena dirección en cuanto a la atinada elección de las locaciones, de la banda sonora y la fotografía cuando exhibe la noche de Buenos Aires, la porteña Avenida Corrientes y el simbólico Obelisco; sin embargo, no logra captar el alma de lo que en verdad se vive en la “ciudad que nunca duerme” -cuando la mayoría de las personas descansan-. No resultan creíbles las historias, pese a las distinguidas interpretaciones de Esther Goris y Arturo Bonín, y dado a que la estructura dramática es débil, existen incongruencias que confunden al espectador en cuanto al qué y al cómo se cuenta el relato. La construcción de los personajes carece de profundidad. Da la sensación de que no se involucraron o familiarizaron con los fuertes tópicos que se tocan, lo que es una lástima puesto que son muy interesantes de explorar y de seguro, una oportunidad de conocer la verdadera trastienda.Todos escapamos de alguna cuestión en mayor o menor medida, ocultando nuestras miserias. Quizás, la oscuridad de la noche sirva como escenario para desplegarlas.
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