2018-04-16

Vivir y dejar morir

Gabriel e a montanha

Compañero del colegio y amigo del realizador brasileño Fellipe Barbosa, este personaje fuera de las normas, destinado a un final trágico, viajó solo, con una mochila en la espalda y sandalias en los pies, habiéndose asignado como misión hacer una investigación sobre la pobreza, viviendo literalmente en contacto con los habitantes de Kenia, Tanzania, Zambia y finalmente Malaui. Pero Gabriel también tiene una personalidad que linda a veces con la antipatía, marcada por una hiperactividad febril y un deseo incansable de no comportarse como un turista que resultan ligeramente inquietantes, cualidades en las que se aprecian fisuras indefinibles que el realizador marca de manera sutil.Filmada con una increíble riqueza de planos, Gabriel e a montanha es una obra que no se mueve en una lógica de eficacia directa, sino que deja fluir un sentido subterráneo, componiendo un cuadro sorprendente, mezclando sus dos intérpretes principales y profesionales con toda una multitud de no profesionales que son con frecuencia las mismas personas que se cruzaron con el Gabriel Buchmann real, y que cuentan sus recuerdos, participando al mismo tiempo en la recreación ficcional de su trayectoria.Fellipe Barbosa logra un brillante acierto formal en una película que no pretende despejar todos los misterios de una vida y una muerte, sino usarlos para destilar un licor de un aroma irresistible.
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