Un tal Eduardo

Melódicos románticos y juveniles que resonaban en las radios, amores y desamores en letras híper melosas son el recuerdo de este personaje querido por los uruguayos. Pero aún más que esto significa para un grupo selecto de fans que posterior a su muerte se han dedicado a honrarlo.Aldo Garay es un destacado documentalista de Montevideo, cuyas obras circulan mayormente por Latinoamérica pero además han logrado protagonismo incluso en Berlín. La figura del fanático siempre lleva consigo la impronta bizarra y de locura. En este caso, representada en altares, figuras de yeso y hasta misas extrañísimas que para ellos significan un mundo y ante la mirada ajena y convencional, un submundo.La postura de Garay es respetuosa y en silencio, quizás falta una mirada más involucrada para poder llamar homenaje a algo que solo parece una mera observación. Esta pasividad como realizador también repercute en una falta de ritmo y de curiosidad que se torna un poco aburrida para quien no signifique demasiado este personaje, Eduardo Franco.