2014-05-01

Conocerás al hombre de tus sueños

Casi un gigolo

Murray (Woody Allen) y Fioravante (John Turturro) son amigos muy opuestos, por eso y lejos de llevarse mal, se complementan a la perfección: uno es petiso desgarbado y hábil para los negocios, el otro grandote, físico y sensible. Cuando Murray cierra su librería le surge la idea de cambiar de rubro y convertirse en caficho: ofrece a su amigo como amante ocasional a mujeres que necesiten afecto. Así empieza una historia de negocios el primero, al contactar a las mujeres, y de sábanas el segundo, al mostrar al sexo opuesto sus dotes de seductor. Como en toda comedia, lo divertido pasa por la versatilidad de la clientela: una mujer despechada con su marido (Sharon Stone), otra en busca de dominación (Sofía Vergara), y la última, aquella que generará el dilema moral, una judía ortodoxa que ha enviudado (Vanessa Paradis).Turturro construye un relato agradable a los ojos del espectador: colores cálidos, con la acción transcurriendo siempre de día, suaves melodías de jazz sonando de fondo, y con una narración que avanza parsimoniosa con leves movimientos de cámara. El uso de los recursos responde al clima otoñal que el actor de Barton Fink (Joel y Ethan Coen, 1991) quiere lograr: trasmitir la delicadeza que las mujeres solitarias esperan recibir de su amante.Así se desarrolla la temática del film, que pone en evidencia la falta de afecto del sexo femenino, y las estructuras morales de los habitantes de Brooklin. El espectador es seducido de la misma manera que las mujeres y llevado con delicadez y humor por las desventuras de Allen y Turturro. La intromisión en el universo judío ortodoxo viene a funcionar como chiste por un lado y como estructura rígida a la cual deberán enfrentarse los protagonistas, por otro.Pero Casi un gigolo es inteligente como relato, y sabe evitar en todo momento la confrontación, aquellos temas que ya son polémicos desde el vamos (la comercialización del sexo, la rigidez del dogma hebreo, la perversión sexual) y pueden llegar a molestar a alguien, son evitados mediante un corte de montaje, chiste o cambio de situación. Así la película logra ser una comedia liviana y agradable, que tiene su punto fuerte en la divertida figura de Woody Allen, siempre filoso con sus comentarios y de torpe comportamiento.
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