2013-08-08
Sólo una denuncia
La Guayaba
En el segundo trabajo de Maximiliano González (La soledad,
2006), Florencia (Nadia Ayelén Giménez), una adolescente de 17 años, es
capturada por una red dedicada a la trata de personas y encerrada en el
prostíbulo de un pueblo del que mucho no se conoce su ubicación. Una vez
instalada en el lugar es tratada como una esclava en pleno siglo XXI,
dentro de un espacio frecuentado por todo tipo de personas, incluidos
policías, empresarios y políticos.El valor más potente de
La Guayaba radica en la denuncia que formula, aunque
narrativamente puede ser cuestionado por una sucesión de situaciones
confusas, que desde el guión no se aclaran y tampoco aportan nada al
conflicto. Al menos en la forma que se plantean dentro de la trama. Otro
de los problemas a los que se enfrenta el film es a su puesta en escena
demasiado televisiva, con una fotografía que se contrasta entre plano y
plano. Sin que haya justificación alguna se pasa de un plano saturado
en la composición del color a un contraplano opaco, como si se tratase
de una elipsis temporal o espacial cuando en realidad todo ocurre en el
mismo espacio-tiempo. La trata de personas se tocó en los últimos
tiempos en películas que se nota han influenciado a La Guayaba,
como el caso de La mosca en la ceniza (2009) dirigida por la fallecida
Gabriela David o el cortometraje María (2012), de
Mónica Lairana, y casualmente protagonizado por la misma actriz. Pero a
diferencia de estos, en donde sí hay una construcción visual y narrativa
armónica, La Guayaba termina enredándose en un laberinto de
situaciones y pretensiones que opacan el resultado final y el sentido de
una película de estas características.Siendo más rescatable la denuncia
en sí misma que la forma elegida para contar y mostrar un tema tan rico
en matices y personajes que Maximiliano González no supo aprovechar.
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