2012-06-24

Un monstruo psicodélico

La máquina que escupe monstruos y la chica de mis sueños

Ricci tiene su novia Feli, que parece ser la mujer de sus sueños, pero está confundido con ella por  su perfección, su fexibilidad y su falta de novedad. Eso lo tiene profundamente aburrido. Sin embargo; ha conocido a Maia, una fotógrafa que le interesa pero también duda si el interés que ella demuestra es sincero y esperanzador. Ricci vive su confusión amorosa mientras su amigo Lee comete un error en el trabajo y la única salvación es un dato que es encuentra en la habitación (recinto sagrado) de su hermano Facu (dedicado al mundo de las computadoras) que en ese momento está ausente, pues está de viaje. Lee, minimizado por la imagen de Facu, tiene prohibido entrar en esa habitación y cuando lo hace, encuentra una máquina para grabar los sueños. A partir de ahí, y prácticamente desde el comienzo, es un destello de colores, efectos visuales, personajes que hablan todo el tiempo, música, gags, y cambios de tono. Pero siendo una película que parece aguantarlo todo, se abstrae tanto que comienza a tener una enorme superficialidad en sus temas, volviéndose sólo una pieza de divertimento. Además, es llamativo su estilo visual, tan bien elaborado, cuidando en detalles de fotografía, aunque más que una técnica cinematografía termina siendo un elemento traído de la televisión, pues tiene momentos de videoclip y sitcom. Los personajes, sobre todo Ricci, parecen estar dentro en un stand up comedy, y entonces todo va careciendo de seriedad. Divida en capítulos, esta película hace recordar, muy distante si, a Alta fidelidad (High fidelity, 2000), por el personaje envuelto en dilemas amorosos, los cuales se los va contando al espectador directamente a cámara, y por la organización de los personajes secundarios. Aunque en este caso el montaje se sumerge más en la comedia y en construir personajes y situaciones sólo risibles. La actuación de Lucas Lagré y su personaje Diego, es lo más atractivo. Lo mismo que Lee. Ambos le dan momentos de intriga y mesura. Sin embargo, y teniendo en cuenta que está hecho y ha sido estrenado por un medio de contenido tan vertiginoso y a veces superficial como es el internet, se puede disfrutar un buen momento.
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