2020-05-05

La libertad

Ema

Cuando conocemos a Ema, rubia, bella, joven, explosiva, incendiaria, y todos los adjetivos que quieran sumar, comenzamos a descifrar gran parte de la película más críptica que Pablo Larraín haya desarrollado hasta el momento, aunque también, la más libre. Ema es una obra de gran madurez visual, sonora, apoyada en una brillante banda musical de Nicolás Jaar y que encuentra en el melodrama más tradicional, aquel que en desgarradoras premisas construye un universo de pasiones turbulentas pero también de identidades.Ema y Gastón (Gael García Bernal) están atravesando un momento difícil de su pareja. Hay una información asociada a Polo (Cristian Suárez), hijo adoptivo de ambos y de quien se han desprendido recientemente. Los reproches, los cuestionamientos, el no entender en qué se falló comienza a resentir el verdadero y profundo amor que ambos se tienen.Mientras transitan, cada uno como puede, esa decisión tomada en conjunto, Ema comienza a explorar su libertad sexual, verbal, física, a bailar, sin dar indicios que en el fondo está preparando un plan para volver a reunir las partes separadas por aquello que ella misma quiso desmembrar y destruir.El baile presente en el relato como profesión y como vía de escape, se une al fuego, elemento que formalmente se presenta tanto en la cama de la protagonista como en sus escapadas nocturnas para incendiar aquellos objetos que representan todo lo que ella odia en el mundo, el capitalismo, los sistemas, el semáforo, que la invita a detenerse mientras ella es puro avance y fuego, también.Entre la danza, su vida como docente, su participación en un negocio de belleza, y las idas y venidas a juzgados, las coimas para saber detalles de la nueva vida de su hijo, Ema comienza a relacionarse con dos sujetos, un bombero (Santiago Cabrera) y una abogada (Paola Giannini), a quienes rápidamente los incorpora, cada uno por su lado, al círculo de conocidos con los que libera sus tensiones bailando, trabajando y amando.Gael García Bernal (en su tercera colaboración con Larraín), Cabrera, Giannini, Catalina Saavedra, acompañan a Mariana di Girolamo verdadero epicentro de esta película y a quien queremos ver todo el tiempo en pantalla, o, al menos, saber que en breve volverá explosiva como nunca.Ema es una propuesta libre, que manifiesta una revolución al desarrollar ideas nuevas para el cine chileno, sobre grupos familiares, filiación, maternidad, docencia, acto creativo, pareja, sexo y mucho más. Una obra centrípeta que se vale del artificio visual y sonoro para acompasar los pentagramas que configuran su gran partitura narrativa y dramática.
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