2019-05-19
La adultez de Juana de Arco
Jeanne
La acción ahora
arranca en 1429 cuando Juana de Arco comanda las tropas francesas que
pretenden expulsar al invasor inglés y culmina con su juicio y muerte.
Hay menos música que en Jeannette, la infancia de Juana de Arco y ésta no es más esa de
inspiración metalera que tanto había espantado a parte de la crítica; en
ese sentido, la apuesta de Jeanne (2019) es menos radical, la música
es extradiegética, más acorde en los tonos con la época, y se escucha
mientras la protagonista mira a cámara pero no canta. La protagonista en
una jugada sí muy extrema es Lise Leplat Prudhomme, quien hacía de la más
joven Juana de Arco en la anterior película, de solo 10 años. La idea de
Dumont tiene que ver con no hacerse cargo de los
lugares comunes de cómo debe filmarse una película de época,
atreviéndose a ciertos anacronismos que, posiblemente no son tales sino
que tienen que ver con la educación (o la deformación) que hemos
recibido del cine en torno a cómo era la vida en el siglo XV. Después de
la genial miniserie P’tit Quinquin Dumont realizó una secuela, Coincoin et les z’inhumains,
igualmente incorrecta e hilarante. Si en Jeannette, la infancia de Juana de Arco había algo
del humor que podía encontrarse en la bastante fallida La Bahía,
algunos de los personajes de Jeanne bien podrían formar parte
del universo de Quinquin ó Coincoin. El gran prodigio que logra Dumont es el de, partiendo de
la propia disrupción de la edad de la protagonista, utilizando un tono
de actuación que genera en principio un efecto de distanciamiento y un
humor extraterrestre que ayuda a conformar un clima de extrañamiento que
por momentos se acerca al sinsentido, lograr una construcción épica en
la que la personalidad de Juana de Arco aparece con toda su fuerza y la
gran pregunta acerca de si lo que vemos es una muestra de fe o de locura
termina por instalarse en la película como pocas veces en el cine.
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