2018-05-09

Actuando en Moscú

Vermelho Russo

Marta y Manú, dos actrices brasileñas, viajan a Moscú para profundizar sobre las técnicas del gran maestro de la actuación Konstantin Stanislavski. La adrenalina que les significa ir a estudiar a un lugar desconocido, con un idioma complicado y un invierno atroz, se apaga a medida que pasan los días y las expectativas previas no se cumplen. La armonía de una amistad de años deja paso a una serie de conflictos que borran los frágiles límites entre la vida y el teatro. Vermelho Russo es un hibrido que juega todo el tiempo con la ficción y la realidad. Tanto en su forma como en lo que cuenta. Estructuralmente está planteada como una ficción pero desde lo formal apela a todos los elementos del documental. Y eso es lo que termina volviendo mucho más interesante la propuesta de lo que podría haber sido. Braun filma la historia (basada en los diarios de la coguionista y actriz Martha Nowill) como si se tratara de un documental cuando en realidad estamos frente a una ficción, pero también documenta situaciones reales que se incorporan a la ficción sin la necesidad de forcejeos, haciendo que el relato fluya de manera libre y desacartonado, aunque por momentos caótico. La combinación de ficción y documental no solo aparece en lo formal sino también dentro de la historia. Ambas actrices corren los límites que separan las realidades en las que están inmersas y son absorbidas por los personajes de la obra que están ensayando. La ficción se come a la realidad generando tensión tanto en la trama ficcional como en lo formal.Vermelho Russo es una road movie, un diario de viaje, una aventura en un mundo desconocido, una ficción y un documental, un drama y una comedia, pero por sobre todo es una película que le escapa a todo y habla con su propia voz.
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