T.R.A.P.

Tres medievales desembarcan en el Río de la Plata y se sumergen en la selva ribereña. Están en búsqueda de algo. Su camino se detiene y avanza de formas extrañas y atractivas.Una serie de planos hermosos, a puro color y textura, nos introducen en la llegada de estos tres personajes medievales. Inmediatamente se advierte la primera disrupción, la del lenguaje. Esta mujer y estos dos varones dialogan con un lenguaje coloquial, informal y porteño. A partir de ahí, todo es juego.La fusión espacio temporal marcada en los primeros minutos, crece hasta transformar la película completa. Desde lo medieval a lo contemporáneo en un extraño híbrido narrativo.Vestimenta medieval, un juego sexual explícito, una secuencia cuasi video clip en auto y una radio que anuncia las últimas novedades del caso Maldonado. Estos son los momentos que marcan cada giro en el film y que da lugar a varias interpretaciones sobre la articulación de épocas y sus porques.De impronta absolutamente experimental, sin ancla narrativa firme ni argumentación alguna podría invitar a una libre experiencia como espectador. Aunque algunos momentos suenan a arbitrariedad caprichosa no tan funcional.