2018-03-15
Hijos sí, hijos no
El padre de mis hijos
Eva (gran trabajo de Mora Recalde y protagonista absoluta) rompe con su pareja (Javier Drolas)
días antes de su cumpleaños número 38. Es en ese momento cuando
descubre que quiere ser madre y que por razones biológicas no cuenta con
mucho tiempo. Así comenzará una búsqueda desesperada (y algo loca)
de un hombre para que le dé un hijo. El padre de mis hijos (2018), es una comedia que juega con el absurdo y que
se estrena azarosamente en un momento donde el feminismo es un tema de
agenda tanto en programas de espectáculos como políticos, pero su
principal virtud es la de no ser una película militante. Y no por qué
esté mal en militar por una causa, sino porque los cuestionamientos que
propone son tan sutiles que pueden llegar a ser aún más efectivos que si
los hiciera de manera directa. Desalvo trabaja el guion de Alejo Flah y Agustina Gatto
en un tono que vira entre el realismo y el absurdo para hablar sobre
la presión social que se ejerce sobre una mujer que no se enfrentó a la
maternidad. Problemáticas como éstas, u otras que son parte del
universo femenino, muchas veces son trabajadas desde un lugar mucho más
encorsetado y sin permitirse ciertas licencias para no pecar de
políticamente incorrectos ante situaciones que requieren seriedad. Aunque
lo inteligente radica en visibilizarlos, debatirlos,
pero también reírse de ellos sin por eso estar siendo peyorativo o
burlón. Claro que hay formas y formatos. Dentro de esas formas, El padre de mis hijos logró encontrarle un tono tragicómico a una imposición social de la que pocas veces el cine habla.
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