2018-02-26

Cosas muy malas

Hasta que el cuerpo aguante

Las amigas de la universidad se encuentran 10 años después para celebrar la despedida de soltera de Jess (Scarlett Johansson) en un viaje a Miami donde se drogan, alcoholizan e intentan tener sexo mientras rememoran los alocados tiempos pasados. Pero algo sale mal y, producto de un accidente, muere el striper. Las ideas para deshacerse del cuerpo van de mal en peor y las cosas se complican al extremo.La película comienza como la versión femenina de una película de Seth Rogen, con humor escatológico e irreverente, haciendo connotaciones sexuales en cada escena. También adquiere similitudes con ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, 2009) donde el reviente entre los “amigos dispares” llega a un límite insostenible para la trama. Pero si hay una película a la que Hasta que el cuerpo aguante se parece es a Malos Pensamientos (Very Bad Things, 1998), la oda al humor negro de fines de los años noventa con Christian Slater y Cameron Diaz que pasó sin pena ni gloria por la cartelera pero es una verdadera joya que merece volverse a ver. En ella el grupo de amigos en Las Vegas asesinaba sin intención a una prostituta y esconder su cuerpo pasaba de la comedia al drama y del drama a la tragedia con igual dosis de humor negro.Este film dirigido por Lucia Aniello no cuenta con el oscuro humor de Malos Pensamientos, pretendiendo ser más cercana a la nueva comedia americana tipo Damas en guerra (Bridesmaids, 2011). Sin embargo, cuenta con sus propias herramientas distintivas para hacerse valer por sí misma. Por un lado, su tono subversivo en cuanto al género. Tanto el Happy End como el novio fuera de campo distan por completo de los estereotipos habituales. Pero si hay algo realmente subversivo en la trama es por un lado la posibilidad de pasar de asesino a héroe con total facilidad para la justicia norteamericana, siendo el asesinato un hecho secundario, y por el otro, la conducta de la candidata que personifica Scarlett Johansson, sólo preocupada por su imagen mediática y no por las consecuencias de sus actos. Hasta que el cuerpo aguante es una grata sorpresa entre tanta comedia grosera para el olvido. Aquí el exceso es la manera de transgredir al sistema y, a la vez, esa misma transgresión la que apreba su ingreso en él. Con la misma desfachatez y sin importar los delitos que puedan cometerse.
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