2017-11-23

5 Therapy

5 Therapy

No cabe la menor duda de que estas cosas y muchas otras aún más funestas probablemente sucedieron, pero la película carece de convicción. Parte del problema es la presencia del propio Dombrovsky, quien demuestra por qué se suele contratar actores para contar historias basadas en hechos reales. Se interpreta a sí mismo como quien está destinado a todo lo que le pasa, convencido (y reconfortado) por su eventual trascendencia. Nunca se encuentra en el ahora; para él todo ya ha pasado, lo cual le resta poder a su redención final.La película, dirigida por Alisa Pavlovskaya, comparte una falta de convicción similar. Da la sensación de que las cosas se suceden porque sí (casi nada ni nadie recibe el lujo de una introducción) y que se está contando a las apuradas un resumen de una historia que ya ha sido contada, mucho más compleja y significativa de lo que esta aparenta. Ante todo lo que termina hundiendo a la película es la sensación de complacencia con la que está hecha. No transmite culpa, dolor, enojo, remordimiento o pathos.Los escritos de Dombrovsky deben ser mucho más interesantes que la versión teatral y abreviada. La película al menos difunde al escritor, toma una posición sensible y dentro del marco del 32 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se presenta como otra intrépida celebración de la vida y el rechazo al inútil morbo de la victimización como lo hace su competencia Primas (2017). Pero al menos aquella película se siente genuina y urgente; ésta es un mea culpa hecho sin sentimiento.
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