2017-01-30

Resistencia

Talentos ocultos

Pero hay veces que la ecuación supera el planteo inicial, y es cuando películas como Talentos ocultos (Hidden Figures, 2016), de Theodore Melfi (St. Vincent), terminan por construir narraciones empáticas en las que se destacan valores a partir de la particularidad de la historia que cuenta y desde allí proyectar algo más que un producto efectista.En Talentos ocultos viajaremos a la década del sesenta del siglo pasado, en los avances de la carrera espacial y la guerra fría, para asistir a la lucha de un grupo de mujeres afroamericanas, encabezado por la matemática Katherine Johnson (Taraji P. Henson), empleadas de la NASA, que sufrieron todo tipo de discriminaciones al intentar perseverar en la búsqueda de sus metas y encontrar un lugar similar al de los hombres que digitaban todo en ese momento. El color de la piel fue uno de los factores principales, pero no el único. Como mujeres debieron superar condiciones laborales desiguales en las que sus superiores, por prejuicio, las habían relegado a tareas menores, desaprovechando todo su potencial y conocimiento, y, en algunos casos, hasta a neutralizarlas.Theodore Melfi, al igual que en su película anterior, se esmera para lograr que los personajes no sean bidimensionales y va mostrando a lo largo del metraje diferentes aristas de cada uno, que enriquecen la propuesta y dinamizan un relato tradicional, tenso hacia el final, pero con un claro objetivo de entretener con mieles y sin sabores por igual. Talentos ocultos afianza sus ideas cuando a partir del humor refuerza y acentúa características de sus protagonistas -el verdadero talento del film- con Taraji P. Henson a la cabeza, pero también con Octavia Spencer (nominada por el papel al Globo de Oro y los premios Oscar de la Academia), Janelle Monáe, Kevin Costner, Kirsten Dunst y Jim Parsons.
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