2015-06-15

Dos hombres en el desierto

Duelo al sol

Ben (Jeremy Irvine) vive con su novia en el desolado terreno de Texas. Ella deja el pueblo para ir a la universidad, mientras que él no se anima a dejar sus orígenes. En el ínterin a Ben le surge un trabajo: acompañar al millonario Madec (Michael Douglas) a cazar un carnero a las aisladas y legendarias montañas rocosas. Paisaje de western si los hay, en el que los personajes pasan un día y una noche sin nunca llevarse bien. A la mañana siguiente ocurre la tragedia: algo sale mal y el hombre adinerado asume el mando, plantándole la culpa del hecho a su empleado. Este logra escapar pero el poderoso lo sigue al acecho en una batalla de uno contra otro, el bien contra el mal.Duelo al sol recurre a temas primitivos como la supervivencia del más astuto. El juego de gato y ratón (cazador y cazado) se apodera rápidamente de una narración simple, potente y efectiva. La idea es mínima (dos hombres en el desierto) pero su funcionamiento se debe al virtuosismo que trae consigo. Primero del director, que busca planos, angulaciones y movimientos de cámara interesantes, con un montaje que impone vertiginosidad minuto a minuto. El otro punto a favor lo tienen los protagonistas, cuya presencia acaparan la atención de cada escena. Douglas es una versión tejana de su Gordon Greco de Wall Street (1987), villano y despiadado para con su compañero-enemigo. Jeremy Irvine le pone el cuerpo –literalmente- a la película en cada escena, mostrando la hostilidad de su contrincante y del árido clima del desierto.El film dirigido por Jean-Baptiste Léonetti y basado en la novela de Robb White, demuestra que muchas veces el cine no tiene que ver con épocas, estilo o tendencias para ser bien recibido sino que, con una cuidada elaboración y una potente construcción dramática de su propuesta, alcanza para hacer una muy buena película.
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