2014-09-22
¿Quieres ser Casanova?
Casanova Variations
Malkovich interpreta al Chevalier de Seingalt en dos planos de una realidad que se confunde. En uno, hace de Casanova
en el ocaso de su lascivia vida, sumido en la escritura de sus memorias
en un recóndito castillo; en otro, Malkovich hace de
Malkovich haciendo de Casanova en una
producción operática situada en la era del iPhone y los rumores del
internet. Hay cierta jovialidad brechtiana en la película: las
transiciones entre ambos planos de realidad ocurren en escena, sin
ningún intento de disfrazar el recurso, y somos conscientes de que
estamos viendo varios niveles de representación al mismo tiempo, todos
atravesados por la intrigante figura de John Malkovich.Desde
¿Quieres ser John Malkovich? (Being John Malkovich, 1999), la estrella ha hecho
carrera en papeles que creo podrían describirse como “intencionalmente
inverosímiles”. Nunca le vemos desaparecer en un papel. Siempre es
John Malkovich como John Malkovich, procedimiento que funciona porque
como excelente actor de teatro, sus interpretaciones son a base de
lenguaje corporal y rango vocal. Consideren su papel como
F.W. Murnau en La sombra del vampiro (Shadow of the Vampire, 2000) o Gustav Klimt en Klimt (2006).La trama de Casanova Variations, o lo más parecido a una, se inicia con la llegada de Elisa (Veronica Ferres, la co-protagonista de Klimt) al retiro de Casanova. Por motivos que reúsa revelar, desea leer sus escritos. Las interacciones entre Elisa y Casanova ordenan la estructura de la película. Casanova nos lee y vemos escenas de su vieja vida (en la que le interpreta Florian Boesch).
Corteja damiselas, rompe corazones, se bate a duelo. Mientras tanto,
hay una joven médica en el público (Maria João Bastos) que acecha tras
bambalinas y cuya presencia nos ayuda a distinguir entre los planos de
la realidad, además de proveer un diálogo muy divertido con
Malkovic (como Malkovich).Resulta
difícil imaginar un público para Casanova Variations, o una sala comercial
que la estrene. Es una pena. La película suena pretenciosa en papel,
pero en el acto es una experiencia divertidísima, incrementada por la
propia diversión que sus actores y cantantes claramente están derivando,
y por el intenso retrato impresionista que John Malkovich hace de Giacomo Casanova.
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