2012-09-03

Un western huevón

Sal

Sergio es un director de cine español que se encuentra en Chile buscando financiación para su película. Guión en mano va de reunión en reunión y la respuesta parece ser determinante: te falta experiencia en el tema para poder contar esa historia. Palabras del destino, viaja a la posible locación, es confundido con un lugareño y se verá envuelto en una historia propia del mejor western chileno. Con este interesante recurso, Sal nos adentra en un juego entre realidad y representación que invita al espectador a vivir las situaciones que atraviesa el personaje. El western no es un juego, es un género áspero y duro como sus personajes, parece decirnos el film. No se trata de una caracterización exagerada, sino que son las mismas condiciones climáticas –el seco norte chileno- las que forjan los caracteres y actitudes de los personajes. La película dedica tiempo al plantear los motivos del desarrollo dramático de las situaciones: qué es lo que lleva al personaje a realizar tal o cuál acción. De esta manera, y con el juego conciente siempre latente, nos adentramos en el relato crudo del género. Sin embargo, hacia el final la película abusa de sus logros e intenta esquematizar cada situación clásica del género: sobrevivir al desierto, salvar a los pueblerinos, y enfrentarse cara a cara con el villano en el duelo final. Y cuando el final se acerca por éstos rieles, el juego planteado en un comienzo se pierde y el desenlace se torna previsible. Así y todo, Sal es un muy buen exponente del género en su desembarco en el país de la cordillera. Impecable técnicamente y con una gran actuación de Patricio Contreras que compone al villano en cuestión.
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