4 meses, 3 semanas y 2 días

Gabita (Laura Vasiliu) debe hacerse un aborto y solo su compañera de cuarto de universidad Otilia (Anamaria Marinca) podrá ayudarla. La película se centra en la odisea que deberá vivir Otilia (que no es quien está embarazada) para ayudar a su amiga. Ella es presionada por su novio, por la familia de éste, por el Gobierno Comunista de su país (el relato transcurre en 1987), los encargados del hotel, por el Doctor que realizará el aborto y hasta por su propia amiga. Hay un manejo de la cámara que genera inestabilidad constante, transmitiendo la perturbación que la protagonista siente. La cámara se desplaza constantemente en exteriores, mientras que en los espacios internos trabaja la puesta en escena de manera distinta aunque produciendo el mismo efecto. La cámara reposa estática por unos segundos evidenciando el nerviosismo de Otilia. La quietud de la cámara genera incomodidad y encierro a través de la puesta en escena. Otilia esta cenando con los padres de su novio. Vemos a ella centrada en el cuadro y los familiares del novio a su alrededor. Ella está paralizada mientras que el resto del mundo continúa su vida sin percatarse de su problema. Una puesta similar es en el hotel con la fiesta de fondo. Todo esto evidencia la soledad e incomprensión en que se encuentra Otilia a la hora de enfrentar el problema. Tal vez la polémica que despierte esta película ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes sea su principal atractivo, pero cinematográficamente transmite todas las sensaciones que se propone de manera efectiva, generando tanta tensión como si uno mismo estuviera viviendo algo similar.