2010-01-29

Harrison Ford, el patriota

Inmigrantes Ilegales

Max (Harrison Ford) es un policía de inmigración, encargado de realizar redadas que deportan a los ciudadanos extranjeros sin nacionalidad norteamericana a sus países de origen o, en el peor de los casos, a la cárcel misma. Ray Liotta interpreta a un agente de la burocracia en el otorgamiento de “la tarjeta verde” que permite a los ciudadanos extranjeros trabajar en suelo yanqui. Y éstas son sólo dos de las tantas historia que el filme desarrolla. Para exponer los diferentes conflictos, la película utiliza una crudeza imperante que esconde otra problemática aún peor y mas latente: la intolerancia racial de los norteamericanos como ciudadanos. En este aspecto el filme es logrado y sincero, planteando sin tapujos mas de un conflicto que atenta contra la libertad de expresión -el caso puntual de la niña talibán- aunque simule un simple problema de documentación. En este juego de injusticias donde se juzga por buenos y malos, actúa el personaje de Harrison Ford, que encuentra en su andar mas grises de los esperados y debe interactuar diaramente con ellos. Sólo sus principios y valores humanos podrán darle un poco de orden a tal conflicto. Un tema delicado que Inmigrantes Ilegales expone con franqueza, aunque no pueda evitar ser políticamente correcto hacia el final. Una pena, todas las historias trazadas anteriormente empiezan a cerrar dándole aire triunfador a la justicia estadounidense. Sin mencionar la puesta en escena del desenlace final que termina por vanagloriar el acto de nacionalización norteamericano. La película comienza como una crítica a la política de inmigraciones norteamericana, pero concluye reafirmando los ideales estadounidenses y todo queda justificado por aquello que los defienda. Otro filme de los yanquis haciendo auto crítica para defender sus actos. Aunque lo expuesto siga en la tintera y con la tinta bien fresca.
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