2009-10-14

La comezón del séptimo año

Entre Nosotros

Una pareja de vacaciones, un idilio amoroso, un mundo perfecto que se rompe cuando otra pareja entra para desequilibrar las emociones y provocar una tirantez subyugante que desmoronará lo que creían perfecto. Con una puesta en escena teatral y solo dos personajes protagónicos, la realizadora alemana nos presenta una película de climas. Estos van variando, de manera permanente, a través de las casi dos horas de metraje. Alegría y depresión, certezas y dudas, amor y odio son los estados por los que atravesarán de manera heterogénea, para tratar de salvar un presente obscurecido por los resquemores del pasado. Maren Ade ya había demostrado su excelente dominio a la hora de dirigir actores en su ópera prima The forest for the Trees (2005), revalidando esa postura a la hora de encarar este nuevo proyecto. La calidez y frialdad que transmiten Birgit Minichmayr (Gitti) y Lars Eidinger (Chris) es digna de ser destacada ante la naturalidad de sus actos. Otro de los elementos que merece una atención especial es el de la construcción de los diálogos, estos van creciendo de tal manera que lo que parecía banal y superfluo se transforma en relevante para el conflicto presentado. Entre Nosotros, a pesar de la morosidad de su relato y del exceso de tiempos muertos, nos presenta un cine distinto, en el que la palabra supera a la puesta en escena. Recomendable para cinéfilos y parejas a punto de entrar en una crisis sin retorno.
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