2009-06-16

Tragedia Americana

Solo un Sueño

En plena década del ’50 los Wheeler son -bajo la mirada de todos- una pareja perfecta. Una ama de casa rubia y sonriente, un empleado administrativo carismático y eficaz, y un par de hijos sanos.  Pero detrás de esa fachada –de la que ambos son plenamente conscientes- hay deseos reprimidos, necesidades que no han salido a la luz.  El relato se detiene minuciosamente en la vida cotidiana de la pareja que ancla el deseo de cambio en un viaje a París. A través de elaborados diálogos y un trabajo fotográfico minucioso, el espectador se introduce en este asfixiante mundo conyugal, en donde –como una suerte de vaivén dramático- las reconciliaciones y los distanciamientos emocionales se suceden cada vez con mayor intensidad.  Siempre bajo la mirada de los vecinos, el matrimonio no podrá imponer su propia ética, que entrará en tensión con el tan mentado sueño americano.  Sólo el hijo de una vecina (interpretado con convicción por Michael Shannon) “escupirá” algunas verdades punzantes.  Un personaje secundario y crucial, que es clínicamente un loco, pero es quien con mayor claridad ve el estado de las cosas. La primera mitad del film tiene un ritmo pausado, con climas similares a los de la narrativa de Raymond Carver. Se trate de una parte del relato clave para acercarse a el mundo de la pareja protagónica, a la que un inteligente juego de focos “distancia” de un entorno demasiado real para ser complaciente con sus propios sueños.
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