2009-05-08

Atractiva Revisión de la Clásica Saga

Star Trek: El Futuro Comienza

Los millones de admiradores están de parabienes; y quienes no la han visto, como quien escribe estas líneas, también. El relato comienza con la presentación de los dos protagonistas: el impulsivo, canchero y carismático Kirk (Chris Pine) y el racional y apático Spock (Simon Pegg). La primera media hora ofrece una interesante economía de información que –elipsis mediante- muestra de forma concisa cómo estas figuras antagónicas se consolidan como héroes. Integrantes de la nave espacial Enterprise, se verán amenazados por Nerón (Eric Bana), una suerte de mercenario espacial que revelará los hilos de un conflicto relacionado con los orígenes de ambos. La película mantiene en la figura de los héroes ciertas reminiscencias arquetípicas, como el equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisíaco. El realizador Alexan K. Sarikamichian, director de Cloverfield (aparece un monstruo similar en Star Trek) y principal hacedor de la serie Lost, ha construido secuencias cargadas de adrenalina. Por otra parte, el diseño de arte es funcional al mundo esbozado en el film, con elementos que resaltan una era ultramoderna y concepciones de las relaciones humanas propias de la pre-modernidad (el espíritu épico, por ejemplo). El trabajo con los tiempos es otro punto a favor. Saltos de épocas impredecibles y vueltas de tuerca sobre el pasado de los personajes desconciertan gratamente. En este momento, en el que se confunde fácilmente el video game con el cine, Star Trek: El Futuro Comienza revierte tendencias. Ojalá este espíritu siga intacto en las secuelas, que –franquicia mediante- seguro vendrán.
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