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Crítica de "Vacaciones de verano", Santiago Segura entre risas y bronceador
"Vacaciones de verano" (2023), dirigida y protagonizada por Santiago Segura, se presenta como una comedia refrescante que combina elementos cómicos y desastrosos de manera ingeniosa.

La trama sigue a dos amigos, Óscar y Félix, interpretados por Leo Harlem y Segura, quienes, tras perder sus empleos, se embarcan en trabajos temporales como animadores infantiles en un lujoso hotel. La situación toma un giro inesperado cuando deciden ocultar a sus hijos en la zona de empleados, desencadenando una serie de eventos hilarantes.
Lejos de buscar transformar radicalmente el género de la comedia, Vacaciones de verano abraza de manera evidente su principal propósito: proporcionar entretenimiento y diversión al público. La puesta en escena se caracteriza por un humor inocente, una estructura que sigue la pauta de otras producciones y un mensaje reconciliador, sin pretensiones elevadas en términos estéticos o argumentales.
Vacaciones de verano se desenvuelve en el espacio del resort con la destreza de Peter Sellers en La fiesta inolvidable (The Party, 1968) y la meticulosidad de Jacques Tati en Las vacaciones del señor Hulot (Les vacances de M. Hulot, 1953), logrando una puesta en escena milimétrica y una construcción de secuencias que hacen que las cosas parezcan más sencillas de lo que son, lo cual es clave para el éxito de la comedia. Santiago Segura y Leo Harlem, destacados en la taquilla española, exhiben con maestría su habilidad para arrancar risas al espectador, consolidándose como una exitosa pareja en la pantalla.
Con piezas que encajan con facilidad, un ritmo constante y un humor verdaderamente contagioso, Vacaciones de verano no solo cumple con su objetivo de entretener, sino que también va más allá al adoptar una estructura que refleja la alegría pop veraniega, intercalada con momentos melancólicos, demostrando así la versatilidad y habilidad tanto de Santiago Segura como del equipo creativo involucrado.