38 MDPFF - Competencia Argentina
Crítica de “Vera y el placer de los otros”, descubrirse en las luces y sombras del deseo
Federico Actis y Romina Tamburello dirigen una fresca comedia coming of age sobre la exploración del placer en la adolescencia.

Vera es una chica de 16 años tiene la llave de un departamento vacío sin luz ni gas, y lo alquila transitoriamente a parejas que la contactan a través de una cuenta de Instagram que lleva el número del departamento: 3°B. ¿De quién es el departamento? ¿Por qué tiene esa llave? ¿Por qué se arriesga a que la descubran? ¿Qué obtiene de esta aventura?
La premisa de Vera y el placer de los otros (2023) es potente y divertida, y su desarrollo no se queda atrás. El guión va construyendo un suspenso que se tensa más y más. Con este convive un humor fresco y joven, que es llevado a la pantalla con vitalidad y con ternura.
Luciana Grasso (Vera) se carga la película en los hombros. Gran parte de lo retratado transcurre en silencio, hacia adentro del personaje, y es por sus gestos y por sus movimientos que entendemos qué significa para ella y cómo está viviendo este momento de descubrimiento. Lo que le ocurre es algo tan privado (y tabú) que sólo puede compartirse con extraños.
Si la serie Sex education (2019-2023) fue transgresora mostrando que los adolescentes tienen sexo y necesitan hablar de ello, esta película va un paso más allá, centrándose en la relación entre el deseo propio y el deseo ajeno. Vera está descubriéndose en el mundo, y su experiencia está marcada por la curiosidad. Vera y el placer de los otros comienza con una escena de sexo explícita, algo raramente visto en la mayor parte del cine que circula actualmente, y tanto esta escena como las que vendrán, filmadas con planos cerrados y con un gran énfasis en el tratamiento del sonido, resultarán íntimas y honestas.
Pero la película es además lo suficientemente humana como para lograr que el retrato del deseo conviva con el de la adolescencia, porque Vera sigue siendo una chica que prueba y se equivoca, y que necesita el apoyo y la guía de sus padres (especialmente los de su madre, intepretada por Inés Estévez) para poner en palabras y en perspectiva sus vivencias. Porque aventurarse a descubrirse y a crecer no es sólo placer, e incluso el placer tiene sus luces y sombras.