Crítica de "The Idol", "The Weeknd" y Lily-Rose Depp le sacan la careta al pop

Tras sufrir una crisis nerviosa que interrumpió su última gira, Jocelyn (interpretada por Lily-Rose Depp) se encuentra determinada a recuperar su posición legítima como la máxima y más atractiva estrella del pop mundial. Su fervor se reaviva al conocer a Tedros (encarnado por Abel "The Weeknd" Tesfaye), un empresario de locales nocturnos con un pasado turbulento.

The Idol despliega un contenido sexual abundante que se entrelaza de manera coherente en la trama. La narrativa utiliza esta faceta erótica como una herramienta audaz para denunciar la hipocresía arraigada en la industria del entretenimiento, evidenciando cómo se constriñe la expresión artística de las mujeres y se las reduce a objetos de deseo. A través de esta exposición incisiva, The Idol invita a la reflexión y al cuestionamiento de las normas impuestas, generando un fuerte impacto en la percepción de la sexualidad y la igualdad de género.

Uno de los aspectos destacados de la serie es la interpretación de Lily-Rose Depp en el papel de Jocelyn. Su entrega total al personaje es evidente, y logra transmitir la pasión y determinación de una estrella del pop que busca recuperar su estatus perdido. La serie hace referencias explícitas a figuras icónicas como Britney Spears, y Depp logra capturar esa combinación de vulnerabilidad y fuerza que caracteriza a estas estrellas.

Si bien es cierto que Abel "The Weeknd" Tesfaye no alcanza el nivel interpretativo de su compañera de reparto, su presencia y atractivo musical sin duda agregan un elemento adicional a la trama. Es interesante ver cómo su personaje, Tedros, con un pasado turbio, se entrelaza con la historia de Jocelyn y cómo su despertar romántico puede llevarlos a lugares tanto gloriosos como oscuros. Además, actores secundarios como Dan Levy, Da'Vine Joy Randolph y Hari Nef aportan profundidad y complejidad a sus personajes, enriqueciendo la narrativa general de la serie.

La dirección de Levinson se distingue por su eficacia y refinamiento, evidenciados en cada una de las escenas. Aunque algunas de ellas irradian una fuerza arrolladora, otras adoptan una postura contradictoria. Esta diversidad de enfoques puede interpretarse como una intencionalidad deliberada del director, quien busca desafiar las expectativas del público y generar una experiencia visual y emocional compleja.

The Idol posee los elementos necesarios para consolidarse como una serie de gran impacto y provocación. Su trama intrigante sumerge al espectador en un viaje profundo hacia las entrañas del mundo del pop, explorando sus facetas más complejas y ocultas.