Salas

Crítica de “Conspiración divina”, intenso thriller político ambientado en El Cairo

La película ganadora del premio al mejor guion en Cannes, muestra los entramados de poder disputados para elegir al nuevo líder del Islam.

miércoles 17 de mayo de 2023

La trama gira en torno a Adam (Tawfeek Barhom), un hijo de pescador que recibe una beca para estudiar en la prestigiosa universidad teológica Al Azhar, centro de la religión islámica. Sin embargo, después de la repentina muerte del Gran Imán, los complicados juegos políticos para nombrar a su sucesor obligan a Adam, un aprendiz ingenuo, a infiltrarse en los grupos de poder más peligrosos.

Conspiración divina (Boy from heaven/Walad min al-Janna, 2022) sigue el formato típico de un thriller político y aprovecha el contexto de El Cairo para desvelar las maquinaciones oscuras del poder que buscan alinear la religión y el Estado en Egipto. La tensión se palpa en un clima opresivo y desolador para el protagonista en su viaje de aprendizaje, no desarrollado en las aulas de la institución educativa, sino a través de las traumáticas experiencias que enfrenta en ese mismo entorno.

El villano de la historia es Ibrahim (Fares Fares), un policía que opera como miembro de los servicios, quien desde las sombras manipula a los grupos fundamentalistas para posicionar al Estado, utilizando a Adam como peón para lograr sus objetivos. Las conspiraciones y traiciones están a la orden del día, generando una presión aplastante sobre el estudiante de origen humilde.

La película, resultado de una coproducción entre Suecia, Francia, Dinamarca y Finlandia, tiene una estructura narrativa que permite explorar la problemática política y religiosa junto con sus complejidades. A través de los oscuros juegos de poder, Conspiración divina muestra la universalidad de cualquier sistema político, con sus intrincados entramados legales, creencias y luchas internas por el dominio. Además de abordar el caso específico desarrollado en Egipto (desde una distante mirada europea), la película pone de manifiesto las miserias y mezquindades humanas que surgen cuando el poder ciega a las personas. No es casualidad que el jeque Negm (Makram Koury), el único merecedor del cargo, sea literalmente ciego y se le niegue la oportunidad.

Dirigida por el cineasta sueco de origen egipcio Tarik Saleh (Crimen en El Cairo), Conspiración divina evoca películas como El estudiante (2011) de Santiago Mitre y El nombre de la rosa (1986) de Jean-Jacques Annaud en su representación oscura de las luchas de poder subterráneas en instituciones educativas. En medio del contexto hostil presentado, la película demuestra cómo los ideales pedagógicos se desmoronan, con la intensidad característica de un viaje que implica la pérdida de la inocencia.

8.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS