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Crítica de "Las buenas compañías", aborto seguro en la historia de las 11 de Errentería
Dirigida por Silvia Munt, la película nos transporta a la década de los 70 en España, cuando la lucha por los derechos de las mujeres estaba en pleno apogeo.
El episodio histórico de las '11 de Errentería', en el que un grupo de mujeres vascas desafió la justicia de la época después de ayudar a más de mil mujeres a abortar en condiciones seguras y dignas entre 1977 y 1985, ha sido recuperado en Las buenas compañías (2023).
La historia se centra en la relación entre dos jóvenes de distintas clases sociales unidas por la necesidad de realizar un aborto y no solo es una crónica de reconstrucción histórica, sino que explora las complejas emociones y experiencias personales de las protagonistas y cómo estas se ven afectadas por su lucha por el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos.
El hilo conductor de la trama no se limita a la reivindicación de la libertad de las mujeres para abortar de manera segura, sino también a la posibilidad de vivir la vida según sus propias decisiones sin ser juzgadas por ello. La película presenta una narrativa que no subestima al espectador e invita a sumergirse en la historia sin imponer una interpretación predeterminada.
La verdadera fuerza del film radica en la calidad de las actuaciones, que dotan a los personajes de una profundidad y autenticidad que los hacen sentir cercanos y reales. El reparto, liderado por Alicia Falcó, Elena Tarrats e Itziar Ituño, entregan interpretaciones memorables. En Las buenas compañías se da un gran valor tanto a lo que se dice como a lo que se calla, tanto a las miradas de complicidad como a las de desaprobación.
Con un enfoque personal e íntimo, Las buenas compañías ofrece una perspectiva singular sobre el movimiento feminista y su influencia en la vida de las mujeres, al mismo tiempo que muestra cómo incluso las luchas más grandes pueden tener un impacto directo en la cotidianidad de las personas.
