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Crítica de "Retratos de Eugenia", un documental que aborda el arte y la memoria de Juan Manuel Repetto

A través de una estética urbana, se construye el retrato de una artista y su trabajo, al tiempo que se explora la búsqueda que emprende para reconstruir el pasado de su familia, en particular el de su padre.

Con un estilo personal y sencillo, la película se convierte en una investigación histórica y artística sobre su propio pasado, ofreciendo un relato emotivo sobre el dibujo y la memoria, y mostrando la relación del arte con la historia y la identidad.

Eugenia Bekeris, una artista argentina especializada en el dibujo y, especialmente, en el retrato, es el foco principal de la película. Su estilo sobrio y simple, en blanco y negro, se centra en los rostros de las víctimas del Holocausto. Este tema está estrechamente relacionado con el origen de sus padres, quienes fueron dos sobrevivientes judíos que emigraron a Argentina. Su obra más importante y reconocida es "El secreto", una exposición en la que captura los rostros de las víctimas, y que fue grabada en 1998. Sin embargo, años después, decide iniciar una búsqueda de información sobre su familia, comenzando por su padre, nacido en Lituania, y su madre, nacida en Hungría. A partir del pasaporte de su padre, se embarca en una investigación para descubrir el trayecto y el destino de la familia Bekeris.

El relato de la película es interesante, ya que comienza como un retrato de Eugenia Bekeris y su trabajo, para luego convertirse en la búsqueda de su pasado familiar. Esta investigación se basa en objetos, rostros, fotografías y todo aquello que se conecta con la historia del pasado y el viaje de su padre. A través del pasaporte, la protagonista logra descifrar información sobre el camino que su padre recorrió por Europa antes de llegar a Argentina. Al mismo tiempo, se trata de un viaje personal para Eugenia Bekeris, en el que se sumergen sus recuerdos y anécdotas relacionadas con su trabajo. La película también explora la conexión entre el trabajo que realiza sobre los sobrevivientes y las víctimas del Holocausto, y el tema de los desaparecidos en Argentina. Se convierte así en un recorrido por el pasado de su familia, con la ciudad de Buenos Aires como telón de fondo.

La personalidad de Eugenia Bekeris como protagonista resulta atractiva, al igual que su testimonio. La película ofrece un relato sobre el dibujo y el arte, explorando las diversas facetas de un artista. El trabajo de la protagonista evoluciona desde retratar rostros hasta dibujar la naturaleza, especialmente palmeras, como una nueva forma de expresión. Esta transformación simboliza un cambio en su historia personal y familiar, que también se refleja en las conversaciones que mantiene con su hermana, Victoria Bekeris, y en todo el pasado familiar que se desentierra.

En última instancia, Retratos de Eugenia (2022) es un relato emotivo sobre la familia y la conexión generacional. Destaca la importancia de transitar el pasado a través del arte, no solo como una forma de conectarse con las raíces familiares también se proyecta hacia el futuro, permitiendo que los hijos conozcan la historia de sus padres y abuelos. En el caso de Eugenia Bekeris, la película ofrece la posibilidad de cerrar un capítulo pendiente en la historia familiar, lo cual resulta de gran importancia en su propio viaje personal hacia el pasado.

6.0
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