Crítica de "Scab Vendor", un retrato en primera persona de Jonathan Shaw, el icónico tatuador de las estrellas

Jonathan Shaw, conocido tatuador y escritor, es hijo del famoso jazzista Artie Shaw y nació en la ciudad de Nueva York. Después de vagabundear por Los Ángeles, se estableció en Río de Janeiro, ciudad que adoptó como propia. La película no solo explora el mundo de los tatuajes, sino que también atraviesa distintos estratos culturales a través de un arco narrativo que cruza a Charles Manson con el underground brasileño de los años 70, a Jim Jarmusch con Laurel Canyon y a Iggy Pop con Johnny Depp.

Desde un punto de vista formal, la película utiliza un estilo clásico a través de la combinación de imágenes de archivo, entrevistas, animaciones y material grabado en tiempo real para contar la historia de Shaw. La banda sonora contribuye a establecer el ambiente adecuado para el relato y apoya la narrativa. Además, el ritmo de la película está bien llevado, con transiciones fluidas y efectivas, lo que permite al espectador sumergirse en la historia de Shaw.

En términos narrativos, el relato nos presenta a un personaje complejo, apasionado y controvertido que, gracias a su talento y creatividad, logró destacarse en una época en la que los tatuajes eran considerados marginales y solo eran llevados por grupos minoritarios y rebeldes. Además, el documental nos muestra cómo Shaw influenció y transformó el mundo del tatuaje a través de su estilo único y revolucionario que fusionaba diferentes técnicas y culturas, creando un lenguaje propio que se convirtió en un referente en la industria del tatuaje.

Por otro lado, Scab Vendor también aborda algunos aspectos de la vida personal de Shaw, como su relación con su hijo y su difícil relación con las drogas. Aunque estos temas no son centrales, agregan una dimensión más profunda al personaje y ayudan al espectador a entender mejor sus motivaciones y luchas internas, mostrándonos cómo los tatuajes y la escritura fueron herramientas para Shaw para lidiar con su turbulento pasado y encontrar un sentido en su vida.

Sin embargo, como punto negativo, la película no profundiza lo suficiente en el proceso creativo de Shaw como escritor. Si bien se mencionan algunos de sus libros, como Scab Vendor: Confessions of a Tattoo Artist (sobre el cual se inspira el documental), la película no se adentra en el contenido y la calidad literaria de sus obras, dejando esta faceta de la vida de Shaw en un segundo plano.