Crítica de "Misterio a la vista", Adam Sandler y Jennifer Aniston en la secuela de "Misterio a bordo"

En Misterio a la vista (Murder Mystery 2), los Spitz se encuentran luchando por mantener a flote su agencia de investigación privada, pero pronto reciben una invitación para asistir a la boda de su amigo, el Maharajá, en su isla privada en la India. A medida que comienza la celebración, el novio es secuestrado y los Spitz se ven arrastrados, una vez más, a una peligrosa aventura de misterio y suspense.

Si bien la primera parte estaba ambientada en un lujoso barco y era una reinterpretación de Asesinato en el Orient Express, en Misterio a la vista se combinan elementos del cine de Bollywood, las sagas de Knives Out, Misión Imposible y Jason Bourne, e incluso un poco de la serie Emily in Paris. En esta ocasión, el misterio tiene más peso que los asesinatos, aunque estos últimos no están completamente ausentes.

La película cuenta con un elenco secundario notable liderado por Mark Strong, Mélanie Laurent, Jodie Turner-Smith, Kuhoo Verma, John Kani y Dany Boon, bajo la dirección de Jeremy Garelick y guion de James Vanderbilt. Y aunque la trama no presenta muchas sorpresas, los giros son predecibles y algunos chistes no funcionan como deberían, la historia es desenfadada y se ríe de sí misma, lo que la convierte en una experiencia divertida.

A pesar de sus limitaciones, Misterio a la vista es una secuela que supera las bajas expectativas que se tenían después de la mal recibida Misterio a bordo. La dirección mantiene un ritmo ágil y la química entre los actores principales es evidente. Se trata de una obra liviana  en la que uno puede entregarse al disfrute pasatista y regocijarse en la extravagancia del elenco.