"20.000 especies de abejas" resultó ganadora en Málaga tras su paso por la Berlnale

Estibaliz Urresola: "La nueva ola del cine español ha venido para quedarse"

Ganadora dela Biznaga de Oro en el Festival de Málaga, "20.000 especies de abejas" (2023), ópera prima de Estibaliz Urresola, fue una de las películas más aplaudidas del certamen español.

Estibaliz Urresola: "La nueva ola del cine español ha venido para quedarse"
EscribiendoCine-Noticine
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sábado 18 de marzo de 2023

¿Qué tal hace tres semanas en Berlín?
Fue una pasada. Se juntó que era el estreno de la película, que no la habíamos proyectado ante audiencia nunca antes, y encima que fuera en ese escenario hizo que fuera súper intenso y súper emotivo. La acogida del público fue increíble y nos entregaron una calidez y un amor en ese aplauso final tras la proyección que ahí nos desarmamos todas.

¿Se parecen el ambiente de Berlín y el del Festival de Málaga?
En absoluto. El escenario es completamente distinto; obviamente a nivel climático... y luego, hace que para mí sea como estar en casa, estar en Málaga. Te da más cercanía con el público por la barrera del idioma, que no está... Pero en cuanto a calidad de los films, me parece que Málaga es un festival de referencia y que las películas que se están proyectando tanto este año como en las ediciones pasadas son de un nivel súper interesante.

Has explicado que la historia se inspira en una tragedia sucedida hace unos años. Aparte, tuviste alguna referencia fílmica que te haya servido para 20 000 especies de abejas?
Pues a mí me atrae mucho el cine latinoamericano en general. Es este cine también de temáticas sociales, que no sé si por elección propia o condionamiento de los recursos al alcance, es muy directo, muy comprometido, con estéticas naturalistas en muchos casos... Julia Solomonoff, Pepa San Martín, Alessia Chiesa, Lucrecia Martel... luego también, a nivel europeo Cristi Puiu, Cristian Mungiu, ambos rumanos. Ese cine también comprometido, como director real, con interpretaciones súper veraces... Son cines que me interesan mucho y que he tratado también de llevar adelante en mi película porque justamente necesitaba que fuera un relato que fuera verdad para el público; una realidad natural del factor diverso que es el ser humano e intentar evitar todo el artificio que pudiera separar al espectador de lo que estoy contando.

 ¿Cómo planteás este estilo naturalista?
Por una parte son decisiones que tienen mucho que ver con lo técnico, en cuanto a la dimensión del dispositivo de rodaje que quiero llevar para que no interfiera, para que no sea la película al servicio del dispositivo, sino éste al servicio de la película y de los actores... O cuestiones también del tipo de cámara, realización, ausencia de música extradiegética... y luego, a nivel actoral, trabajar mucho con los actores para intentar llegar a la verdad de sus personajes, a su psicología, y trabajar el fondo de esos personajes más que el texto literal, para que esa verdad trascienda y se cuele por las líneas de texto. Trabajar tanto con actrices no profesionales en mi corto Cuerdas, como con niños en "20 000 especies de abejas" también ha sido algo que ha favorecido ese código de naturalidad.

¿Y cuáles serían los inconvenientes o los límites de estos actores no profesionales?
Más que un límite es una necesidad que imponen, y es que igual requieren más trabajo de ensayos en un momento previo, por una parte para que entiendan el lenguaje del cine: los requerimientos de trabajar con una cámara en cuanto a cuestiones de continuidad, de respeto de marcas... y por otra parte, la propia naturalización de tener una cámara pegada a la cara. Eso hay que trabajarlo en la previa, pero en el fondo no es un límite, sino una necesidad que impone el trabajo con estas personas, pero que para mí también revierte después en otros valores que se plasman en la pantalla.

¿Cómo concibís la brecha generacional y cultural que se manifiesta en la película?
De alguna forma sí que creo que es una película llena de brechas, de heridas y de fronteras, que hablan sobre separaciones, divisiones, imposibilidad de acercarse los unos a los otros... Y de heridas que hablan de aspectos dolorosos que hemos tratado de ocultar para seguir construyendo y seguir siendo. Me parece interesante que el personaje de la madre, intentando ser moderna y no parecerse a su madre, sin querer sigue reproduciendo muchos de los patrones, esquemas y dinámicas de proyectar en el otro a quien quieres ver y no a quien es por sí mismo. Y ese darse cuenta que tiene la madre, de cómo también en ella opera y pesa y condiciona esa mirada externa que tiene que ver con sus padres, los abuelos de Cocó, la lleva a comprender muchas cosas de sí que necesita para poder acompañar de la mejor forma posible también a su hija en este proceso. Entonces, es una detonación que surge a partir de lo que el personaje de Cocó pone sobre la mesa en esta familia, y que proporciona ese acercamiento entre los miembros de la familia. Como que, de alguna forma, superan esa brecha, esa frontera, ese límite, para acercarse a verse de una forma más cercana, más auténtica.

¿Qué pensás del estado actual del cine español, que lleva unos años de buen reconocimiento internacional? ¿Se podría hablar de una "nueva ola"?
Creo que estamos viviendo un momento especial que tiene que ver con muchas medidas que se han venido tomando en los años anteriores; no es un champiñón que sale ahora, sino que tiene que ver con un apoyo mayor al cine independiente, al cine dirigido por mujeres, tanto desde lo institucional como desde lo académico, y a través de las residencias de escritura, de proyectos y demás, que hacen que hoy podamos hablar de una "nueva ola"... que tampoco es una ola; ojalá sea el nivel del mar, y no una ola que llega y que se va, sino algo que viene para quedarse y que nos tiene que congratular a todas y a todos porque me parece un cine súper diverso, súper interesante en propuestas, en estilos y en temáticas, y eso sólo puede ser bueno para el relato de un país y para la cultura.

Y ahora, ¿tienes algo en mente, estás trabajando en algo...?
Voy a descansar un poco, porque está por una parte el final de este proceso de la película, que son cinco años, y por otra parte el proceso del cortometraje Cuerdas, que se solapó muchísimo con el arranque de la peli y que me ha tenido los últimos quince meses completamente energética y mentalmente a disposición de estos proyectos, y ahora mismo creo que es el momento de celebrar el arranque de la película, el inicio de esta nueva fase, y también esperar a que toda la velocidad y el ruido en el que estamos inmersas ahora mismo con toda la promo baje y podamos descansar y hacer silencio y espacio para que puedan brotar nuevos proyectos.

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