El director de "El silencio del cazador"

Martín Desalvo adapta libremente un cuento corto de Horacio Quiroga en "Hija"

Filmada en Misiones, la película narra la relación tensa entre una chica y su padre tras la misteriosa muerte de su madre. "Me interesa hacer un cine que mezcle lo fantástico y lo dramático, para que nos haga pensar y nos interpele como personas", comenta el realizador.

Martín Desalvo adapta libremente un cuento corto de Horacio Quiroga en "Hija"
martes 07 de marzo de 2023

¿Como surge el relato del vínculo familiar en ese contexto determinado?
En el 2016 con Francisco Kosterlitz estábamos en plena investigación para desarrollar el guión de El silencio del cazador (2019) en la provincia de Misiones. En ese entonces se supo que iba a largar una convocatoria para películas de bajo presupuesto del INCAA y el productor nos pidió si teníamos algo que se pudiera presentar. A mi me interesaba volver a trabajar con el género ya que mi experiencia con El día trajo la oscuridad (2013) había sido muy positiva. Con Francisco nos pusimos a evaluar posibilidades y entre las referencias de textos que teníamos nos encontramos con el cuento corto de Quiroga “El hijo”. El cuento tiene esa maravillosa capacidad de Quiroga de transmitir emociones a partir de una situación fantástica que es el germen desde donde me gusta partir cuando trabajo con el género. Entonces nos decidimos por hacer una adaptación, bastante libre por cierto y nos pusimos a escribir. En el cuento de Quiroga es un niño de unos 12 años el protagonista y solo están el padre y el hijo. A nosotros nos pareció mas interesante que sea un adolescente justamente por la conflictividad de la edad que es donde uno está mas enfocado en la búsqueda de su identidad y el destino de su vida. La idea de que sea una joven en vez de un niño fue de Mora Recalde y esto hizo que el guión de un giro todavía mas interesante.  Al poner a una mujer en ese mundo parco y desolador,  hizo que se complejizara la actitud frente a la vida de Juana en ese mundo solitario y aislado. Y entonces surge la pregunta obvia; ¿Qué pasó con la madre, dónde está ahora? Esa figura tan importante, indispensable para una familia nos llevo a imaginar los posibles escenarios. Y a partir de esta ausencia empezamos a construir el conflicto familiar. La madre solo aparece en una vieja foto y nunca se habla de ella. Parece haber algún tipo de tabú sobre su muerte. Y justamente ese es el disparador inicial del conflicto interno de Juana. A partir de esta pregunta es que el personaje principal moviliza todo su mundo y revoluciona ese núcleo familiar.    

Es muy genuina la descripción de la rutina del lugar, casi documental, me imagino que requirió mucha investigación previa.
Si, la verdad es que hay un gran trabajo de investigación, sobre todo de parte de Francisco que además de investigar para El silencio del cazador también desarrollo varios capítulos documentales en la zona. Cuando comenzamos con la adaptación del cuento también nos encontramos con la necesidad de darle entidad a esa familia. ¿De que viven? ¿De que trabajan y como este trabajo, o la falta de trabajo los modifican? Entonces hacer que trabajen con la producción de carbón artesanal nos dio un doble sentido. Un sentido práctico en el que se cuenta de manera cuasi documental esta dura vida de subsistencia en la zona y también una posibilidad metafórica importante. El carbón como elemento mágico metafórico; es muy usual en la zona “leer” el carbón. El horno, el fuego y sus posibilidades estéticas a la hora de generar imágenes también es algo muy interesante y único para ver en una película.

Contanos sobre la selección de los actores
Los tres actores principales tienen diferentes características y fueron elegidos por distintos motivos. Con Jazmin había trabajado en una serie que dirigí Malicia y fue una sugerencia de Mora cuando estaba pensando posible elenco. Con Bruno había trabajado en El silencio del cazador y me pareció que podía perfecto para el rol. Y con Mora vengo trabajando hace ya cinco películas y siempre tiene una capacidad de entrega, generosidad y versatilidad a la hora de componer sus personajes que la quiero siempre en mi equipo. Pero si tuviera que definir en una sola cualidad que los englobe a los tres diría que son excelentes actorxs los tres. Su nivel de compromiso, la manera de poner el cuerpo y el alma en su trabajo y la forma en que logran transmitir verdad y emoción en sus composiciones son un factor común que hicieron que sean el corazón emocional de la película. 

La selva adquiere una importancia especial en la trama, ¿cómo eligieron la locación?
La provincia de Misiones tiene ese magnetismo tan particular de la tierra colorada y la exuberancia de la selva. También es una de las particularidades que hacen tan especial la obra de Quiroga. Cuando estábamos allá investigando para la creación del guión visitamos su casa y entonces imaginamos y comprendimos la verdadera dimensión de lo que debe haber sido vivir en esa época en el medio de la selva. Allí es donde se toma real dimensión de la maravillosa complejidad del “monte” (como lo llaman los lugareños). Internándose en la selva es imposible no sentir la energía vital que emana de ese lugar y lo difícil que es vivir en ese entorno. También es notable como en la cosmogonía del lugar está afianzada una visión espiritual de esa selva que está llena de mitos paganos y leyendas que son parte esencial de la vida y creencias del lugar. Fue una cuestión absolutamente natural pensar en filmar allá. 

La película empieza con la forma de un drama familiar para transformarse en un thriller, ¿pensaste la estructura desde el género o la historia fue marcando el relato?
Soy consciente de ese cruce de géneros y me parece que es un hermoso vehículo para contrabandear  emociones de manera eficaz, entreteniendo al espectador y a la vez hacerlo reflexionar. Me interesa hacer un cine que mezcle lo fantástico y lo dramático, para que nos haga pensar y nos interpele como personas. Me gusta asumir el riesgo de mezclar géneros aunque eso suele ser visto como un problema a la hora de definir un film. Pero me parece mas importante ser honesto con tu propia obra que tratar de encajar en el mercado.

Hay un trabajo sensorial de la experimentación adolescente que se traslada a la experimentación formal, con el montaje e imágenes surrealistas, ¿cuáles fueron las directivas para la post producción en ese aspecto?
Esto es un aspecto que estaba esbozado en el guión pero que no tenía un desarrollo concreto. De hecho cuando iniciamos el rodaje en Misiones por falta de tiempo se decidió achicar al mínimo ese recurso y se filmó muy poco. Luego en la etapa de montaje no había manera de cerrar la historia sin esas imágenes, que son fragmentos de recuerdos distorsionados por el tiempo, que se le aparecen a Juana en su mente.  Recuerdo que le contaba a Tambornino (el montajista) todo lo que yo creía que se podía contar con estas imágenes que no existían y que sentíamos que sin ese material la película no se contaba. Entonces decidimos generar ese material, filmando las escenas que hoy están en el corte final y que resultaron siendo fundamentales para la comprensión. La idea de utilizar lentes que generan esa ilusión de sueño/irrealidad fue trabajado con la DF Carla Lucarella que entendió mi propuesta de darle un carácter propio a esas imágenes que se le aparecen a Juana dentro de su cabeza.

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