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Crítica de "La chica de nieve", lograda adaptación de la novela de Javier Castillo al formato serial

David Ulloa ("La caza", "Monteperdido") y Laura Alvea ("Ánimas") dirigen un producto atrapante que, sin ser original, entretiene de principio a fin gracias a la complejidad del misterio propuesto y la destreza narrativa para desentrañarlo.

lunes 30 de enero de 2023

Jesús Mesas Silva y Javier Andrés Roig (Vis a Vis) tuvieron la ardua tarea de adaptar las 512 páginas del bestseller homónimo del malagueño Javier Castillo, novela que vendió más de 1,7 millones de ejemplares en todo el mundo, a una miniserie de seis episodios, convirtiendo cada una de las palabras en imágenes, trasladando la acción de Nueva York a Málaga y reduciendo a tres los más de sesenta saltos temporales.

La historia comienza en 2010 cuando Amaya, una niña de 6 años desaparece entre la multitud de la tradicional Cabalgata de Reyes de Málaga. Ese inicio marca una continua investigación policial y periodística que se desarrolla a lo largo de 9 años para conocer qué sucedió en realidad y dar con el paradero de la secuestrada. Miren (Milena Smit), una becaria de periodismo en el diario regional Sur de Málaga, se implica de manera personal en el caso, primero colaborando con su responsable directo (Jose Coronado) y más tarde tomando las riendas del mismo. Mediante varios saltos temporales, el espectador será testigo de la evolución de un caso que carece de toda explicación racional cuando las pocas pistas que aparecen desarman cualquier hipótesis previa para generar un nuevo enigma. Como una "Caja de Pandora" un enigma da paso a un nuevo misterio y, así, a otro.

La chica de nieve (2023) es un thriller de investigación puro con altas dosis de suspense. Una receta que rara vez falla si se quiere seducir a la mayor cantidad de espectadores posibles. Aunque no siempre el resultado sea el esperado, ni (como en este caso) el casting el adecuado. El principal problema al que se enfrenta la miniserie es que el personaje de Miren sobrepasa a una Milena Smith (Madres paralelas, No matarás) inexpresiva, insulsa y sin matices, a la que sus conflictos internos le sobrepasan; mientras un desaprovechado José Coronado acompaña, pero no brilla. Por el contrario, Loreto Mauleón (Patria, Los renglones torcidos de Dios), interpretando a Ana la madre de la niña, se devora la pantalla cada vez que tiene una aparición por más fugaz que sea. Sin la necesidad de decir palabra alguna y con solo un gesto o una mirada la actriz convence de su calvario interior hasta el más incrédulo de los espectadores.

Mediante la utilización de flashbacks y flashforwards, la estructura narrativa disruptiva y para nada lineal, que apela a todos los clisés del género, mantiene una tensión inquebrantable a través de una serie de premisas, giros y personajes que atrapan al espectador hasta la resolución del enigma final. Pero, sin duda, uno de los grandes logros de la transposición serial de La chica de nieve es no dejar ningún cabo suelto para hacer creíble lo increíble. Tal vez, su mayor virtud.

8.0
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