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Crítica de “La peor persona del mundo”, Joachim Trier y un cierre monumental para "la trilogía de Oslo"

El film de Joachim Trier estrenado en Cannes se corre de todos los lugares comunes de la historia de amor con ingenio y sentido del humor.

miércoles 09 de agosto de 2023

Con algún punto de contacto con Amelie (2001) pero atravesada por una oscura irreverencia, La peor persona del mundo (The Worst Person in the World, 2021) cierra la trilogía de Oslo. Si la película de Jean-Pierre Jeunet reafirmaba la fábula, la de Joachim Trier la tritura para reubicar en la realidad a su protagonista. Ambas hablan de las expectativas amorosas y profesionales de una mujer de treinta años.

Julie (Renate Reinsve) es un personaje errático que rehuye constantemente del mandato social para buscar su propio camino. Así cambia de carrera y con ella, de submundo y tipos de hombres con los cuales relacionarse. En su incursión en la fotografía se topa con Aksel (Anders Danielsen Lie), un famoso historietista varios años mayor, con quien encuentra un equilibrio emocional. Pero ella, en plena crisis de los treinta siente una enorme atracción por Eivind (Herbert Nordrum). Entre conservar su estabilidad o patear nuevamente el tablero deambula su decisión existencial.

La peor persona del mundo, título que remite al sentimiento de culpa que la protagonista tiene sobre si misma, juega con los límites sociales constantemente como se muestra en la escena acerca de qué se considera una "traición amorosa" y qué no. Con el mismo énfasis la película experimenta con el lenguaje cinematográfico en sus 12 capítulos con prólogo y epílogo subtitulados. Una enunciación consciente que no derriba jamás el poder del film por trasmitir emociones en cada momento. La película emociona, roba sonrisas y nos hace empatizar con los personajes en todo momento.

La inventiva visual y sonora ayuda a que nos adentremos en el punto de vista de Julie, con recursos oníricos que escenifican el efecto de las drogas como en Trainspotting (1996) y, también, el efecto de enamoramiento idílico. Pero la película hace además un reflexivo -y políticamente incorrecto- análisis del mundo contemporáneo: La maternidad como finalidad del vínculo amoroso, la imposibilidad del arte de hablar de determinados temas, las posturas extremistas de grupos feministas, las problemáticas que suman las redes sociales en las relaciones sentimentales o las diferencias de edad (y de poder adquisitivo) que generan hábitos incompatibles en la manera de ver el mundo. Posturas que satiriza con humor sin esconder su crítica con brutal irreverencia.

Por ese riesgo asumido La peor persona del mundo es una película adulta, que no busca contentar con resoluciones fáciles sino que expone la complejidad contemporánea. Y si bien cae en el melodrama sobre el final (hecho que le juega en contra) es justificado por su espíritu libre que, del mismo modo que la protagonista, jamás piensa sus reacciones en función de un objetivo sino en la búsqueda de liberarse de las ataduras sociales impuestas. Le guste a quien le guste.

9.0
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