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Crítica de “Algo que pasó en Año Nuevo”, humor grotesco del creador de "Te lo resumo así nomás"

El creador del canal de YouTube “Te lo resumo así nomás” lanza su primera producción cinematográfica con su inconfundible sentido del humor.

lunes 19 de diciembre de 2022

Algo que pasó en año nuevo (2022) puede pensarse como una divertida mezcla entre Midsommar (2019) y Esperando la carroza (1985), ya que la historia circula a través de una sospechosa organización de filosofía new age, y el tono que maneja es un claro grotesco.

Puteadas y gritos de reproche circulan en la pareja que compone María y Manuel (Natalia Maldini y Casper Uncal). Parte de la frustración surge de la imposibilidad de tener hijos, por eso viajan a la quinta de la hermana de él con el fin de pedirle dinero prestado para un tratamiento de fertilidad. Pero sucede que la hermana y su marido (Xiomara Martínez y Federico Aimetta) son dos couch vestidos con túnicas blancas que viven rodeados de unos adolescentes a los que denominan ahijados y que utilizan de servidumbre.

El ingenio del film está en que Pinarello sabe que el público sabe (y sino puede recurrir a su propio canal de Youtube) sobre infinidad de películas de sectas con finales macabros, por eso no es tan necesario construir elementos siniestros sino que el suspenso y los momentos terroríficos surgen del conocimiento previo sobre los géneros. Algo va a pasar y puede ser peligroso, porque siempre algo pasa y es peligroso. Una suerte de autocumplido utilizado para sostener la tensión de la trama.

Pero lo mejor de la película es el ingenioso humor que surge de los personajes y sus patéticos vínculos. Casi como una idiosincrasia nacional cimentada sobre la base de la frustración de vidas mediocres y la desconfianza hacia ciertas resoluciones mágicas. El líder de la secta es un chanta para el imaginario colectivo y también para los protagonistas, que descreen de todo como un acto de resistencia. Entre la felicidad extrema que lleva implícita la farsa y la frustración del desencanto, deambulan los personajes en una suerte de comedia negra muy Argentina.

Por supuesto la cinefilia de Pinarello queda esbozada en cada fotograma. El tono de thriller que adquiere el film se construye sobre las imágenes cinéticas que remiten a El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby, 1968), Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979) o Midsommar, mientras que el film que se pone en el pedestal de las referencias es Esperando la carroza. De hecho en la “noche de películas” los personajes ven el film de Alejandro Doria y podemos pensar a María a imagen y semejanza (en su actitud y diseño visual) al personaje de Mónica Villa.

Dicho esto, Algo pasó en Año Nuevo logra separarse de sus reconocibles referencias para elaborar una mirada tragicómica basada en el humor paródico sin caer en la burla, donde abundan las quejas como catarsis y se describe a un puñado de almas miserables con el encanto de conocer y reconocerse en ese universo.

8.0
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