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Crítica de “Emancipación”, Will Smith y un Rambo en tiempos de esclavitud

La primera película en estrenarse de Will Smith después del cachetazo a Chris Rock, convierte a su personaje en un icono de la lucha por la liberación de los esclavos en el año 1863.

sábado 10 de diciembre de 2022

Pero sucede que lo hace desde recursos efectistas y grandilocuentes que le juegan en contra a una producción más preocupada por la espectacularidad de la recreación de época que por contar la historia del hombre detrás de la famosa fotografía.

Peter (Will Smith) es fotografiado con su espalda dañada por los latigazos sufridos en sus tiempos de esclavo. Una imagen, conocida como “la espalda flagelada”, que recorrió el mundo convirtiéndose en icono de la brutalidad ejercida hacia los esclavos en el sur de los Estados Unidos. La historia comienza como cualquier otra que retrata el sadismo de los capataces en los campos de algodón, sin ningún reparo en mostrar de la manera más explícita posible las torturas realizadas. Del mismo modo que 12 años de esclavitud (12 Years a Slave, 2013), Emancipación (Emancipation, 2022) busca el impacto visual en el espectador de la forma más truculenta posible.

Con este recurso efectista el film de Antoine Fuqua (Día de entrenamiento) narra la fuga de Peter con personajes maniqueos, los buenos (muy buenos) y los malos (muy malos). El villano es Fassel (Ben Foster), quien comanda la cacería y captura de los esclavos fugados. Sucede que estamos en el año 1863 y el presidente Abraham Lincoln hizo la Proclamación de Emancipación que declara libres a los esclavos pero, en ese territorio, aún la ley no se aplica. Su viaje de escape será para encontrar el ejército de Lincoln en la Guerra de Secesión, unirse a él, y regresar por la liberación de su familia.

Toda la secuencia de la fuga, que ocupa dos tercios del relato, muestra la supervivencia de Peter. A fuerza de creencia religiosa y espíritu de combate, el hombre sobrevive como el personaje de Sylvester Stallone en la primera entrega del ex combatiente de Vietnam. Se esconde en el pantano, lucha disminuido físicamente contra hombres armados. También es herido en el periplo y cicatriza sus heridas como el héroe de la vincha en la tercera parte o tolera torturas como en la segunda.

La última parte de Emancipación cuenta la llegada de Peter al ejército del norte y su accionar en el campo de batalla. Si bien la película levanta vuelo al describir el horror de la guerra al mostrar, por ejemplo, que el ejército de la Unión es comandado por un hombre blanco que denota cierto racismo en sus comentarios, y además está teñida de un expresivo blanco y negro (que en ocasiones adquiere un leve color o subraya algunos elementos como el fuego o el color de piel de los esclavos), también abusa de los planos aéreos del campo de batalla filmados con drones. Hecho que demuestra el interés de Fuqua por la espectacularidad, con cierto preciosismo pictórico, y no en la reflexión sobre el tema.

Lo peor de este apartado es la salida patriótica, con el protagonista arengando tropas y la bandera estadounidense flameando detrás, al estilo de Mel Gibson en El patriota (The Patriot, 2000). Otro recurso que construye al protagonista en un icono (de la resistencia, de la lucha emancipadora) propio de una película de acción, y no a un ser humano con vulnerabilidades.

4.0
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