Crítica de "Un hombre de acción", la historia del anarquista español que puso en jaque el sistema económico de EEUU

Juan José Ballesta (quien intervino en el capítulo El asfalto, de la serie Historias para no dormir) y Miki Esparbé son los protagonistas de esta mega producción española, ambientada en la ciudad de Paris entre los años 50 y 80, que explora la figura del llamado “Robin Hood” anarquista. El autor intelectual y factual de una legendaria operación de falsificación que lo puso en el foco del banco más grande de Estados Unidos, el City Bank, cuando consiguió una enorme cantidad de dinero falsificando cheques de viaje para invertir en aquellas causas que creía justas.

Ruiz Caldera abandona la comedia para adentrarse en el interior de los movimientos políticos y sociales de mediados del siglo XX a través del género biográfico, aunque la película emplea elementos del thriller e incluso del cine de acción. Hay atracos, huidas, persecuciones, intriga, traiciones y sabotajes. La trama sigue los pasos de Lucio como parte del movimiento anarquista europeo, desde sus humildes comienzos como albañil convertido en atracador de bancos, hasta ponerse al frente de uno de los fraudes económicos más importantes del siglo pasado.

La intensa vida de Urtubia supone algo inabarcable, por lo que no hacer un recorte de la misma provoca una perdida en la profundidad a la hora de desarrollar cada una de sus facetas, la ideológica y la factual. En Un hombre de acción, donde hay que reconocer el ritmo narrativo ágil y dinámico, aunque confuso, todo es vago y superficial. La historia recorre cinco décadas, pero las elipsis temporales no están justificadas, los baches son cada vez mayores y al final uno descubre que al rompecabezas le faltan varias piezas para completarse.